La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DDHH) ha presentado hoy un alarmante informe sobre la crisis humanitaria y de derechos humanos en Venezuela, denunciando la persecución sistemática, la tortura y el deterioro de las condiciones de vida en el país.
El informe destaca la preocupante situación en centros de detención como Rodeo I, donde se han documentado casos de tortura y otros tipos de maltrato. Asimismo, señala el hacinamiento tanto en prisiones como en centros de detención preventiva. Al menos tres personas con problemas de salud graves han muerto bajo custodia tras la negación de acceso a tratamiento médico, una situación inaceptable desde cualquier punto de vista.
También se han registrado violaciones a los derechos de las mujeres detenidas, a quienes se les ha negado el acceso a productos de higiene esenciales. Además, la oficina de la ONU ha recibido denuncias de maltrato a los familiares de los detenidos, incluyendo registros invasivos y restricciones arbitrarias a las visitas.
El informe subraya que la persecución en Venezuela es una política de Estado. Las detenciones arbitrarias continúan, la tortura sigue siendo utilizada como mecanismo de represión y el espacio cívico se reduce drásticamente. A esto se suma el agravamiento de la crisis humanitaria: 7,6 millones de venezolanos necesitan asistencia urgente, los hospitales están colapsados y la población no puede cubrir sus necesidades básicas.
Condiciones de hacinamiento
En este contexto, el informe advierte sobre el riesgo de consolidación de la impunidad y la normalización de la represión y el control por parte del Gobierno de Maduro.
Ante esta situación, la comunidad internacional debe continuar denunciando estas violaciones, exigiendo justicia y respaldando la lucha de millones de venezolanos que anhelan la democracia. La represión no puede ser tolerada ni normalizada.