Un avión de la aerolínea estatal Conviasa aterrizó este jueves en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía con 311 venezolanos a bordo, en medio de las crecientes tensiones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos por la deportación de migrantes.
El vuelo, procedente de México, trasladó a ciudadanos que no pudieron completar su ruta hacia Estados Unidos, pero que no forman parte de los grupos recientemente expulsados por el gobierno de Donald Trump. Se trata del cuarto vuelo de repatriación de venezolanos desde la llegada del mandatario republicano a la Casa Blanca, en el marco de acuerdos previos entre ambos países.
En los últimos meses, Washington ha intensificado su política de deportación, enviando a migrantes venezolanos desde Texas y Honduras, e incluso trasladando a 238 presuntos miembros del Tren de Aragua a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador. Para ello, el gobierno estadounidense invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una medida calificada como “anacrónica” por el gobierno de Nicolás Maduro.
Diosdado Cabello denunció las acciones de El Salvador
El ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, exigió la liberación y repatriación de los venezolanos enviados a El Salvador. “Esperamos que el gobierno de El Salvador entregue a los venezolanos que tienen secuestrados en su territorio y que puedan reencontrarse con sus familias”, declaró desde el aeropuerto.
A pesar de la falta de relaciones diplomáticas entre Caracas y Washington desde 2019, ambos gobiernos acordaron recientemente la reanudación de vuelos de deportación. Sin embargo, Estados Unidos ha presionado a Venezuela para que acelere las repatriaciones. “Maduro debe dejar de engañar y programar vuelos de repatriación consistentes y semanales”, señaló el Departamento de Estado en un comunicado.
El conflicto migratorio se enmarca en el contexto de una diáspora venezolana que, según Naciones Unidas, ya supera los 8 millones de personas desde 2014, impulsada por la crisis económica que redujo el PIB del país en un 80%. Mientras el gobierno de Maduro responsabiliza a las sanciones internacionales por la crisis y el éxodo, la comunidad internacional sigue de cerca los recientes movimientos de repatriación y deportación de migrantes venezolanos.
