El crecimiento que ha registrado la producción agrícola en los últimos años, se debe a los esfuerzos de los propios productores, porque solo un 30% de las inversiones para la siembra provienen de la banca, afirma Osman Quero, presidente de Fedecámaras Portuguesa, al comentar sobre el financiamiento en el país.
Admite que la falta de financiamiento continúa siendo un obstáculo que ralentiza la dinámica de desarrollo de los agricultores y empresarios agrícolas. Los créditos que podrían financiar la ampliación de los proyectos productivos o la compra de nuevas maquinarias agrícolas, son casi inexistentes. De hecho, solo el 30% de inversiones para siembra son a través de la banca.
“En su mayoría, es el capital privado el que está invirtiéndose en el campo venezolano. De manera que, si no se recupera el costo de la cosecha pasada, pues eso retrasa la cosecha que viene este año”, dijo Quero. El gremialista admite que subsiste un retraso en los pagos de las cosechas. Esto amenaza la posibilidad de inversión de los agricultores para el próximo ciclo de siembras. En la actualidad, los productores siguen cobrando ventas que datan del 2024.
Advierte Quero que el hecho que solo un 30% de inversiones para siembra sean a través de la banca, pone en riesgo el ciclo de cultivos como el maíz. “Existe un periodo o una ventana para la siembra del maíz. Eso va desde finales del mes de abril hasta el mes de junio. Esa es la ventana que tenemos nosotros para comprar los insumos, los fertilizantes y los herbicidas. Debemos adquirir en ese tiempo todo lo que requiere el patrón tecnológico de la siembra de maíz”, precisó.
El dirigente gremial también comentó la posibilidad de alcanzar el autoabastecimiento en algunos rubros agrícolas esenciales. “Si tuviéramos el financiamiento, por ejemplo, se puede recuperar en menos de 5 años la capacidad de cubrir la demanda nacional de arroz, maíz, caña de azúcar y café”, dijo en Fedecámaras Radio.
Osman Quero es uno de los dirigentes agrícolas que más conoce de esta problemática, por cuanto su centro de operaciones esta en el estado Portuguesa, que por su producción, se ha ganado el nombre del “Granero de Venezuela”
La falta del crédito bancario se ha convertido en un “cuello de botella” que ha frenado el desarrollo de la producción nacional; mientras tanto, Fedeagro sigue insistiendo en la tesis de la cosecha por contratos y ha mantenido que se requiere de un financiamiento de US$ 1.500 millones durante cinco años para retornar a la meta de sembrar 2,5 millones de hectáreas que se alcanzaron en el pasado y podríamos hablar de una verdadera soberanía alimentaria.
