Por: Violeta Villar / www.lawebdelasalud.com
Hay temas transversales que ayudan a los países y territorios a avanzar. La innovación es uno de ellos y los países miembros de la Unión Europea, España entre ellos, han decidido no quedarse atrás.
El informe Draghi resume esta nueva ruta que traza la UE y sus Estados. Lleva el nombre de su creador: Mario Draghi, economista y expresidente del Banco Central Europeo. Es un documento que hace un diagnóstico de los desafíos de la Unión Europea, con conceptos y estrategias que también pueden ser adoptados por América Latina y sus países.
Pilar L’Hotellerie-Fallois, directora general adjunta de Asuntos Internacionales del Banco de España, en el artículo El Informe Draghi: un plan para el futuro económico de Europa, resume que elevar la capacidad de crecimiento a largo plazo de la UE, implica, según el informe, tres transformaciones: innovación, descarbonización y seguridad económica.
Los números sobre la mesa del informe Draghi indican que si hace 15 años el liderazgo mundial se medía entre Estados Unidos y Europa, ahora China crece mucho más rápido que ambas economías.
“La UE produce casi una quinta parte de las publicaciones científicas mundiales, situándose por delante de EE. UU. y solo superada por China. En cuanto a publicaciones de alta calidad (el 10 % de las más citadas), la UE está a la par con EE. UU., pero se encuentra por detrás de China. La UE también mantiene una posición sólida (aunque en declive) en materia de patentes. En 2021, representó el 17 % de las solicitudes de patentes mundiales, en comparación con el 21 % de EE. UU. y el 25 % de China”.
Sin embargo, esta solidez, y avances, de la ciencia europea no se expresa en el mercado de la innovación. “El número de empresas innovadoras de la UE es significativamente menor que el de EE. UU. Solo alrededor del 40 % de las empresas europeas declaran invertir en I+D, en comparación con el 56 % en EE. UU”, revela el documento.
¿Y por qué es preciso cambiar esta realidad? El informe Draghi subraya que “la investigación y la innovación (I+i) son los principales impulsores de la productividad y el bienestar de las personas”.
“La innovación genera externalidades positivas, y las nuevas tecnologías sirven como trampolines para una mayor innovación”.
El informe considera que el beneficio acumulativo de la innovación justifica la intervención gubernamental “para promover la investigación y la innovación (I+i)” e incluso asocia la I+i con el crecimiento de la productividad en el futuro“ como resultado del ritmo acelerado de la innovación global durante las últimas décadas”.
Hay varias características de los sistemas competitivos de investigación e innovación que describe el documento como contar con financiamiento suficiente, “una investigación de excelencia, su estabilidad a largo plazo, una infraestructura de investigación y tecnología de alta calidad, oferta suficiente de talento, estrategia de valorización eficaz, la apertura y la inclusión, y una estrategia de implementación y alineación”.
Decisiones políticas basadas en situar la investigación y la innovación en el centro de las prioridades estratégicas, enfocarse en la excelencia, en el valor añadido, en la cooperación global abierta, en la inclusión y la accesibilidad, son parte de las acciones prioritarias que ya ponen en marcha países como España.
El Informe Letta, en este caso dirigido por Enrico Letta, politólogo, docente y quien fue presidente del gobierno de Italia, también sintetiza un conjunto de recomendaciones para impulsar el mercado común europeo, colocando el énfasis en la investigación, la innovación y el conocimiento.
Transfiere, Foro Europeo para la Ciencia, Tecnología e Innovación, el cual se define como “el mayor evento europeo sobre I+D+i y transferencia de conocimiento” y que se desarrolló en Málaga (Andalucía, España) del 12 al 14 de marzo de 2025, revisó los avances y desafíos que traza la nueva ruta de la innovación que señala el informe Draghi, el informe Letta, propios diagnósticos y respuestas nacionales.
El Foro Transfiere, de acuerdo con cifras de Felipe Romera, presidente del comité organizador, reunió más de 600 empresas entre públicas y privadas, 80 universidades, 170 grupos de investigación y delegaciones internacionales, con Reino Unido y la Universidad de Bolonia como país y academia, respectivamente, en calidad de invitados.
Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), afirmó que “en España hemos dejado de ser un país donde estos temas eran ajenos. Es nuestra política convencer que la investigación, el conocimiento, la creatividad y la innovación está en nuestro futuro”.
Es el MICIU el responsable de ejecutar la política del gobierno español en materia de ciencia, desarrollo tecnológico e innovación de la mano con entidades adscritas, Organismos Públicos de Investigación (OPI) y los Órganos colegiados y consultivos.
Ver el organigrama y enlaces:
https://www.ciencia.gob.es/Ministerio/Mision-y-organizacion.html
Innovar en tiempos revueltos

Javier García Martínez, catedrático de química inorgánica y director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular, de la Universidad de Alicante, quien tuvo a cargo la conferencia magistral inaugural del primer día del Foro Transfiere, compartió reflexiones para “innovar en tiempos revueltos”. Entre otras, que “el liderazgo en ciencias y tecnología ya no solo depende de la innovación en I+D”. Se trata de retener talento y transferir tecnología de la manera más eficaz.
“El proceso tradicional está experimentado un cambio radical y ahora muchos descubrimientos se realizan en los departamento de I+D de grandes empresas”.
Reflexionó que la ciencia estará en la base de muchas empresas del futuro. De hecho, ya no es extraño, dijo, ver a inversores en congresos científicos en busca del próximo descubrimiento.
La Inteligencia Artificial (IA) también está cambiando la manera en la cual se hacen descubrimientos, “que parecían imposibles hace unos años”.
De hecho, comentó que científicos de EE.UU. y Canadá lograron con IA identificar un potente antibiótico que es capaz de acabar con una de las tres superbacterias, de esas que burlan los antibióticos convencionales y están calificadas como “amenaza crítica” por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La verdadera revolución es que las máquinas están haciendo ciencia de manera automática, analizan bases bibliográficas en base real, hipótesis originales, diseñan, hacen experimentos, analizan los resultados y llegan a conclusiones válidas”.
Estamos, sostuvo, a las puertas de la revolución en la exploración científica; una revolución que lo cambiará todo en la transferencia de conocimiento.
Llamó, en este momento de incertidumbres y de cambios, y de ciencia automatizada, a poner el foco en aquello que resulta central: las personas.
“En los últimos años nos hemos centrado en la tecnología, en patentes… y estos temas si bien son importantes, hemos aprendido que la innovación va de personas, por eso la transferencia de tecnología debe prestar atención al innovador: no es tanto la tecnología, sino la persona lo que cuenta”.
Recuerda su experiencia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) que le permitió fundar Rive Technology, “empresa de base tecnológica que comercializa catalizadores nanoestructurados que reducen significativamente las emisiones de CO2”.
“Lo que me hizo emprender fueron las personas de la OTRI del MIT, quienes casi de la mano me ayudaron en cada paso y me dieron la confianza para dar el salto al mercado”.
Esta frase resume ese valor de creer en el investigador, en la persona, y apoyarlo a dar el salto del laboratorio a la empresa.
Y en esa tarea la universidad, la del futuro, entendida como un espacio “donde merezca la pena ir; con personas para aprender, hacer cosas juntas… la universidad como espacio de transferencia que una oferta online no pueda igualar”.
Desde esta visión, uno de sus grandes aportes al cambio social: Celera. Aceleradora que funda en 2014 con el apoyo de la Fundación Rafael del Pino. Es el espacio de sinergias para jóvenes talento en España”. A la fecha, más de 100 jóvenes talentos han encontrado su vocación en el emprendimiento científico, sin necesidad de marcharse de España.
“En un mundo marcado por la incertidumbre, es fundamental contar con personas que nos demuestren que se pueden hacer cosas buenas, ayudar a los jóvenes a descubrir su propósito y tomen decisiones alineadas con sus valores”.
Celera ha permitido la creación de más de 15 empresas, valoradas en 600 millones de euros, con esta consigna de poner el foco en las personas. “El futuro va de las personas”, insiste y esta frase levantó en un solo aplauso a un auditorio conmovido con su intervención.
Universidades, papel clave

Francisco Oliva Blázquez, rector de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y quien habló en nombre del comité permanente de la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE Universidades Españolas), resaltó que las “universidades estamos preocupadas, y muy ocupadas, por transferir más y mejor conocimiento. Es la mejor vía para construir una sociedad desarrollada, una economía más fuerte, resiliente y en ciencia”.
Compartió que el 80% de la producción científica del país la hacen las universidades, lo cual demuestra su papel clave en la innovación y desarrollo del país.
Reflexionó que si bien existen innumerables iniciativas que conectan a la universidad con la sociedad, “nos hace falta llegar más y mejor al mundo empresarial”.
Con esta convicción, la CRUE Universidades Españolas potencia una iniciativa de transferencia e impacto social, que pone en valor el papel de las universidades y busca conectar a la comunidad de investigación académica con el tejido empresarial español, como agente de transformación.
Ante el miedo al futuro, innovación

José Moisés Martín Carretero, economista y director del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España, dijo que la innovación es la respuesta a la falta de confianza y el miedo al futuro.
Considera que la innovación y la transferencia del conocimiento pueden contribuir a que la UE “sea un espacio autónomo, que mantenga los valores de la democracia, de las sociedades abiertas y el respeto a los derechos humanos”.
Por primera vez, afirmó en Transfiere, la comunidad científica, tecnológica e innovadora tiene una responsabilidad en el desarrollo de la respuesta europea a los nuevos desafíos.
Del lado de España, y como parte de la tarea en marcha de generar condiciones para la innovación, el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), en su calidad de Entidad Pública Empresarial (E.P.E), “promueve la innovación y el desarrollo tecnológico de las empresas españolas, canalizando las solicitudes de financiación y apoyo a los proyectos de I+D+I de entidades españolas en los ámbitos estatal e internacional».
El CDTI también apoya la creación y consolidación de empresas de base tecnológica en España.
Los Centros Tecnológicos en el ecosistema de la innovación
Los Centros Tecnológicos se definen como “organismos de investigación privados, sin ánimo de lucro, que disponen de los recursos propios necesarios para generar y aplicar conocimiento y desarrollo tecnológico dirigido a mejorar la competitividad del tejido productivo e industrial”.
Están reunidos en la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit) y participaron de manera activa en el Foro Transfiere 2025, con espacios como la mesa redonda,«El papel de los Centros Tecnológicos en la soberanía tecnológica y sostenibilidad económica».
Datos aportados por Fedit:
- “El 55% de los ingresos agregados de los Centros Tecnológicos provienen de la contratación empresarial.
- Los datos de participación en el Programa Marco Europeo: cuando los Centros Tecnológicos participan en un consorcio, la participación industrial es del 36% (a nivel europeo). Y solo del 27% cuando no hay Centros en el consorcio.
- La convocatoria Misiones de CDTI: el 63% de la subcontratación con organismos de investigación la hacen con Centros Tecnológicos.
Los centros tecnológicos están presentes en distintos sectores: aeronáutico-espacial, agroalimentación, construcción, automoción, biotecnología, logística, farmacia o TIC.
La red de centros tecnológicos ha generado ingresos por encima de los 800 millones de euros, con 28.000 empresas en calidad de clientes y con el reto de lograr la soberanía tecnológica y ponerse a la par de la científica que ya logra España.
Los parques científicos y tecnológicos

Otra iniciativa que mostró su trabajo en el Foro Transfiere 2025 fue la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE).
La APTE tiene como objetivo principal “colaborar, mediante la potenciación y difusión de los parques científicos y tecnológicos, a la renovación y diversificación de la actividad productiva, al progreso tecnológico y al desarrollo económico”.
Durante el Foro Transfiere presentó su directorio 2024, el cual reúne las fichas descriptivas de sus 56 miembros. “20 de estos parques están promovidos principalmente por universidades y más de 40 universidades españolas colaboran con todos ellos”.
Funciona también como una Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), “debido a su labor de fomento de la colaboración entre las empresas y las entidades que se dedican a actividades de investigación y desarrollo que se ubican en los parques”.
Dato: Los parques científicos y tecnológicos en España albergan el 58% de las Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) así como otras infraestructuras de I+D+i que aceleran los procesos de innovación.
Experiencias de las comunidades autónomas
Beltrán Pérez García, presidente de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) expuso en el Foro Transfiere 2025, que la universidad impregna el trabajo de la CTA.
La CTA cuenta con un incentivo de 8 millones de euros al año para impulsar la innovación. Tiene una cláusula de obligación de contratar con grupos de investigación de la academia, al menor 15% del total del proyecto en lo relativo a la investigación, la innovación y el desarrollo, con lo cual se favorece la financiación de los grupos de investigación y se genera la conexión entre la realidad investigadora de la universidad, las necesidades del mercado, de la empresa y la sociedad. Un gran diálogo que articula a los distintos actores.
Esta conexión empresa-universidad gracias a la cláusula de contratación, ha demostrado que luego favorece un trabajo a largo plazo. De hecho, más de 400 grupos de investigación de universidades de Andalucía han trabajado con empresas de CTA y se han generado cerca de 820 proyectos con ingresos para las universidades que superan los 100 millones de euros.
Salamanca Tech es otra apuesta innovadora que se conoció en Transfiere. Es una iniciativa del Ayuntamiento de Salamanca y AIR Institute “que busca impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico de la ciudad en colaboración con el ecosistema empresarial e institucional”.
La idea busca posicionar a la ciudad de Salamanca como un hub tecnológico del sur-oeste de Europa, con énfasis en seis líneas: Salud, tecnología, emprendimiento, logística, ciencia y sostenibilidad.
Galicia se apalanca en su icónico Camino de Santiago y crea el lema, Galicia, el mejor camino en biotecnología.
La Xunta de Galicia, desde 2016, apuesta a consolidar esta propuesta con la fortaleza de “la alta calidad de sus investigadores, el fomento de la transferencia tecnológica y la fuerte conexión con redes empresariales que apuestan firmemente por la innovación”.
Son cuatro los sectores prioritarios: la cadena de valor marina y de acuicultura; la de agricultura, ganadería y foodtech para una vida saludable; salud, bienestar y farmacéutica y medioambiente, bioeconomía y forestal.
Otro proyecto de gran relevancia es Ignicia “conectando ciencia y empresa desde Galicia”.
Destacada como buena práctica por la OCDE, “tiene como objetivo transferir los resultados de la investigación realizada en los centros de conocimiento gallegos al tejido productivo, de manera que se valorice la inversión en ciencia, generando impacto en la sociedad”.
Aliados de la innovación
En el proceso de cooperación pública-privada, y de transferencia del conocimiento de la universidad a la empresa, se han creado en España fundaciones y corporaciones que funcionan como “puentes” estratégicos para consolidar esta relación.
Un ejemplo es la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA). Funciona como una fundación privada, con el respaldo de un patronato de más de 185 empresas de diferentes áreas.
CTA tiene su propia convocatoria de financiamiento, en particular de proyectos empresariales de I+D+i que sean de interés para sectores estratégicos de Andalucía, con 35% a fondo perdido cuando se trata de investigación industrial, desarrollo tecnológico e innovación tecnológica.
Estos proyectos “deben subcontratar al menos 10% de su presupuesto a grupos públicos de investigación andaluces” y así se refuerza el vínculo empresa-universidad.
Estas estrategias en marcha acompañan al ecosistema español como parte del modelo europeo que ha decidido poner el acelerador en las claves de la auténtica prosperidad: ciencia, tecnología e innovación. Una respuesta a los desafíos de mantener el crecimiento pensando en las personas y en un futuro llamado a ser prometedor.
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