Trabajo de: www.radiofeyalegria.com
Organizaciones proteccionistas del ambiente se hicieron eco sobre la destrucción rápida y progresiva del semiárido larense: en las últimas tres décadas la superficie del bosque xerófilo de la región se redujo un 38%.
Este ecosistema, del que goza el estado Lara, se ve amenazado ante la tala indiscriminada por la producción de carbón vegetal.
Ante esto, organizaciones como: Iniciativa Cotoperi, Fundación Guardeam (Guardería Rescate y Defensoría Ambiental), Movimiento Ambiente Lara (MAL), Valle de Variquisimeto, Apicultores y Cocuyeros de la región, han alzado su voz los últimos tres años para denunciar en todos los niveles la destrucción progresiva del semiárido.
Los sectores más críticos en cuanto a quema y tala de vegetación para la producción de carbón vegetal en Lara son Bobare, Urdaneta, Siquisique, Tamaca, Espinoza de Los Monteros y Carora (Caserío Parapara), donde actualmente se registran múltiples “incendios confinados”, convirtiéndose en zonas vulnerables en ecocidio. Pero esta práctica se está extendiendo a otros estados del país.
La profesora e ingeniera agrónoma Blanca Gutierrez, quien es miembro de la organización Cotoperi y directora de la cátedra libre sobre cambio climático de la Universidad Politécnica Territorial del estado Lara Andrés Eloy Blanco (Uptaeb), expresó a Radio Fe y Alegría Noticias que el tema “es preocupante” ya que estas actividades son insostenibles dentro del territorio de la región.
Resaltó que el semiárido se caracteriza por presentar pocas lluvias durante el año, por eso es un ambiente vulnerable al cambio climático.
Descontrol en la producción de carbón requiere supervisión
“La producción de carbón vegetal está acelerada en la región, a pesar de las advertencias de ecocidio, porque se está exportando a gran escala hacia países como Estados Unidos, Turquía, Líbano, España, China e Israel”, dijo la profesora Blanca Gutiérrez.
Actualmente unas 20 carboneras están permisadas en Lara para estas actividades, pero se estima que las ilegales triplican esta estadística, afectando significativamente las actividades controladas hacia el ecosistema de la región y los impactos ambientales a mediano y largo plazo.
“Las prácticas para la tala y quema están sobrepasando los límites. No solo cortan el árbol, están sacando hasta las raíces con gatos hidráulicos para el carbón y esto es devastador para el ambiente”, manifestó la experta.
Las especies vegetales más afectadas son semeruco, vera, tamarindo, cují y el curarí. “Aunque algunas tienen veda (no autorizadas para la tala) están haciendo caso omiso”, informó Gutiérrez.
Por otra parte, la profesora Lidia Escobar, miembro del PNF de Sistema de Calidad del Ambiente de la UPTAEB, dijo que “los efectos se están sintiendo”, ya que el incremento en las temperaturas en Barquisimeto, a diferencia de años anteriores, no solo forma parte de un tema global, sino también una consecuencia de la tala de árboles sobre la producción de carbón en Lara.
“El tema es delicado. Esto altera todo: ciclo hidrológico, acuíferos, vida silvestres, animales de cría y producción de la entidad (chivos y ovejos). Es un tema de educación ambiental y que tendrá consecuencias graves para la urbe a largo plazo, no solo en las zonas periféricas”, destacó.
Se estima que sean unos 2600 kilos de carbón los que se produzcan mensualmente para el consumo nacional y la exportación, por encima del límite. Las operaciones de exportación se realizan desde el Terminal Intermodal Puerto Seco G/D Juan Jacinto Lara.
Según datos ofrecidos por el Movimiento Ambientalista Iniciativa Cotoperi, para producir una tonelada de carbón, se requieren cinco toneladas de madera.
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