“La misericordia nos perdona. La gracia nos corteja y se casa con nosotros.”
Max Lucado
Capítulo I
La gracia
La gracia es un don o favor que se recibe sin merecimiento, es decir, sin costo ni mérito. La gracia es el don de ayuda y fortaleza divinas que recibimos del Padre Celestial por medio de la Expiación de Jesucristo. Así en la tierra hay hombres que practican la gracia, independientemente de lo alto o de lo humilde de sus desempeños. También hay otros que no obstante mostrarse con reciedumbre por imperio de su profesión, hacen abstracción de eso y practican la gracia – dejan ver su esencia, su alma y su noble corazón, porque se comportan como las manos de Dios, por esa extensión que de sus manos Cristo les ha legado. Cualquiera que lo busca a Él – al Altísimo – y se lo proponga con un corazón dispuesto puede ser las manos de Dios y entonces al morir el hacedor del universo le tendrá reservada la vida eterna en los atrios del cielo.
En la novela «Los Miserables» de Víctor Hugo, el capítulo en el que un sacerdote salva al ladrón que le robó la plata es un momento crucial en la historia. Este evento ocurre al inicio de la novela, cuando Jean Valjean, el protagonista, es liberado de prisión después de pasar 19 años encarcelado por robar una sartén. El sacerdote en cuestión es el obispo Myriel, también conocido como Monseñor Bienvenue. Jean Valjean, hambriento y desesperado, encuentra refugio en la casa del obispo. Durante la noche, Jean Valjean roba los cubiertos de plata del obispo y huye. Al día siguiente, Jean Valjean es capturado por la policía y llevado de vuelta a la casa del obispo. Para sorpresa de todos, el obispo afirma que los cubiertos de plata fueron un regalo para Jean Valjean, y además le entrega dos candelabros de plata, diciendo: «No olvides nunca que me has prometido emplear este dinero en convertirte en un hombre honrado». Este acto de compasión y perdón del obispo Myriel tiene un profundo impacto en Jean Valjean, marcando un punto de inflexión en su vida y desencadenando su transformación moral.
Capítulo II
La misericordia
«Francesco Carnelutti, en su obra ‘Las Miserias del Proceso Penal‘, describe una imagen poderosa: las manos de un preso. Una mano yace inerte, mostrando desesperación, mientras que la otra se extiende, suplicante, pidiendo clemencia. Esta imagen, un dibujo de Mentessi obsequiado a Carnelutti por Carlo Majno, simboliza la dualidad del sufrimiento del preso: la derrota y la esperanza. Carnelutti la utiliza para ilustrar el lado humano y doloroso del sistema de justicia penal.»
Un libro de gran profundidad que trata sobre la misericordia, fuera del ámbito bíblico, es «Los Miserables» de Víctor Hugo. Esta obra maestra de la literatura universal explora la misericordia a través de múltiples personajes y situaciones, mostrando cómo la compasión y el perdón pueden transformar vidas y sociedades.
Aquí presento algunos aspectos clave de cómo se aborda la misericordia en «Los Miserables»: La transformación de Jean Valjean: El personaje principal, Jean Valjean, experimenta una profunda transformación gracias a la misericordia del obispo Myriel. Este acto de compasión lo impulsa a cambiar su vida y a buscar la redención. La lucha contra la injusticia: La novela critica la injusticia social y la falta de misericordia hacia los más vulnerables. Víctor Hugo muestra cómo la falta de compasión puede llevar a la opresión y la miseria. El perdón y la redención: La novela explora la importancia del perdón y la capacidad de redención del ser humano. A través de diversos personajes, Víctor Hugo muestra cómo la misericordia puede romper el ciclo de la violencia y el odio. La compasión como fuerza transformadora: La obra de Víctor Hugo, nos muestra como la compasión, es una fuerza capaz de transformar la sociedad. «Los Miserables» es una obra que trasciende el tiempo y sigue siendo relevante en la actualidad, recordándonos la importancia de la misericordia en un mundo marcado por la injusticia y la desigualdad.
Capítulo III
La justicia
En mi artículo «La justicia injusta del hombre injusto«, publicado en el diario El Impulso, exploro la compleja relación entre la justicia y la moralidad humana. Reflexiono sobre cómo las acciones de los individuos, impulsadas por intereses personales y motivaciones egoístas, pueden distorsionar el concepto de justicia, convirtiéndola en una herramienta para fines injustos.
Hago una invitación a la reflexión sobre el actuar de cada persona, sobre su proceder ante las injusticias. Aquí presento un resumen de los puntos clave mi artículo:
- La perversión de la justicia: Cuando un «hombre injusto» busca impartir «justicia», sus acciones suelen estar motivadas por deseos de obtener beneficios indebidos. Las «maquinaciones» de cuentos individuales carecen de pureza y rectitud, lo que resulta en la perpetración de injusticias.
- La complicidad ante la injusticia: La inacción ante la injusticia nos convierte en cómplices. Permitir que prevalezcan situaciones injustas, o hacer la vista gorda ante ellas, es también una forma de injusticia.
- La justicia y la moralidad: Invito a reflexionar sobre la importancia de la integridad moral en la búsqueda de la justicia. La verdadera justicia no puede separarse de la ética y la rectitud.
En este artículo discuto el concepto de justicia, contrastando las acciones de un justo con las de un injusto. Afirmo que la verdadera justicia se alinea con la voluntad de Dios, no con los deseos egoístas humanos. Los individuos injustos a menudo enmascaran sus acciones con una fachada de justicia para obtener ventajas injustas. Destaco la importancia de actuar con justicia cuando se tiene la oportunidad, ya que refleja la relación del hombre con Dios. Advierto sobre las consecuencias de las acciones injustas, pues aquellos que perpetran la injusticia se enfrentarán al juicio divino. Enfatizo que incluso si un individuo injusto parece estar haciendo justicia, sus motivos e intenciones son impuros.
La justicia no es un concepto abstracto, sino una práctica que depende de la integridad moral de quienes la ejercen.
Crisanto Gregorio León
Dr. Crisanto Gregorio León