Mientras persiste el reclamo recurrente del deterioro de los principales servicios públicos, como electricidad, agua potable, salud, educación, vialidad, han transcurrido más de cinco meses desde que la empresa privada propuso al Gobierno la posibilidad de participar en la búsqueda de solución para alguno de estos servicios mediante esquemas de Alianza Público – Privada.
En efecto, se recuerda que en la Asamblea Anual de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción, Fedecamaras, realizada en octubre 2024 en la ciudad de San Cristóbal, el Presidente de la Federación le hizo ayer entrega a la vicepresidente de la República, la propuesta elaborada por la Cámara Venezolana de la Construcción, para fortalecer el sistema eléctrico nacional, en una alianza público-privado.
Pero aun cuando la propuesta parece haber sido recibida con agrado por el Gobierno, ya han pasado cinco meses y el sector privado, sigue sin tener ningún indicio que señale que hay algún interés por parte del Ejecutivo, de abrirse a la participación, en algunas de las áreas más problemáticas y sensible como es la del servicio eléctrico, sector que está dividido en varias etapas como Generación. Distribución y Comercialización, en las cuales se pudiera abrir la participación de la empresa privada.
En varias intervenciones públicas y privadas de dirigentes empresariales, se ha ratificado la disposición empresarial, a participar activamente en la solución de los servicios públicos a través de esquemas de Alianza Público – Privada, permitiendo la participación del sector privado en su prestación, todo ello a través de un esquema coordinado y transparente con los distintos actores, a partir de la identificación de áreas prioritarias.
También ha planteado la empresa privada, reformas en el marco institucional, en las cuales se replantee el tamaño del Estado, considerando el avance del gobierno digital y mejorar la burocracia administrativa.
En ese renglón es preciso proceder a implementar las llamadas Alianzas Público – Privadas, las cuales han demostrado a escala global, que son esquemas de cooperación favorables a los países. Es imperativo rescatar el sistema de información estadística del país. Las cifras oficiales, son la brújula que guían, en gran parte, el futuro de cualquier iniciativa, pública o privada. Un país sin data, es un país sin rumbo. alertaba Fedecámaras.
Lo único cierto es, tal como lo revelan la mayoría de las encuestas, el deterioro de los servicios, se ha convertido, en uno de los mayores problemas que existen en Venezuela, pero el Ejecutivo se ha negado hasta este momento, al menos a expresar, si han considerado con seriedad, las propuestas de la empresa privada, que se hacen con el único interés de cooperar en la búsqueda de soluciones.
