Inspirado en un estudio de Lisandro Alvarado, Jorge Ramos Guerra escribió un libro titulado Delitos y Juicios Políticos en la Historia de Venezuela. Nosotros redujimos el título para dedicarle este artículo porque en su sesudo recuento, el doctor Ramos Guerra determina que estos juicios en la práctica, por falta de probatoria, no fueron delitos sino acuerdos políticos que prevalecieron sobre la justicia, por otra parte estos juicios colocados en el marco de la historia tienen connotación de lejanía, cuando en verdad sus motivaciones son absolutamente actuales, el dirimir en tribunales diferencias entre líderes políticos.
En este libro, sustancioso y audaz, el doctor Ramos Guerra hace alarde de conocimiento jurídico y cita, en refuerzo de sus argumentos, a juristas icónicos del mundo del derecho, pero no se conforma con mostrar su densidad de letrado sino que también introduce en el relato citas de literatos famosos que entretejen con su prosa el drama humano que conduce a las instancias finalistas de la justicia.
Dicho esto pareciera que completara un ditirambo sobre la escritura del apreciado amigo, no obstante falta reseñar un valor agregado de este libro y es que contiene un análisis político de cada caso donde el autor hace gala de sus conocimientos y experiencias como actor político de primera línea, actividad que le permitió desempeñar muy altas responsabilidades dentro del escenario de poder.
Los juicios políticos reseñados en el libro no lo son únicamente contra los acusados, son juicios, en su conjunto, contra la forma de hacer política en Venezuela, porque en todos y cada uno de ellos, el lector paladea el regusto de la venganza trocada en causa judicial. Jorge Ramos Guerra como itinerante viajero del tiempo trae al presente motivaciones viejas que se confunden en sainete actual y permanente de la política venezolana, donde las instancias institucionales que son soporte de la vida republicana, caen abatidas por la influencia de un liderazgo que se siente amenazado y reacciona usando a los tribunales como oficina de facturas personales, a las cuales se le adornan de de razonamientos teológicos y se les pone el sello de la voluntad del poderoso que mueve el tinglado del proceso.
Un caso particular hay que leer con lupa y detenimiento, el de Carlos Andrés Pérez. Allí Jorge Ramos Guerra extiende una cuerda entre las dos orillas del abismo para caminar por ella con el corazón como vara de equilibrio, si logra tener éxito en su intento queda a criterio de cada lector, no obstante en beneficio de su imparcialidad debemos consignar que en su argumentación usó testimonios directos de protagonistas de la época y estudios jurídicos emanados de las academias.
Pero incluso, sin involucrarse en la trama del juicio, la versión del doctor Ramos Guerra es un aliciente poderoso para leer este libro, porque algo tiene como hilo conductor de todos los casos, el noble propósito de desentrañar sin ambages ni concesiones a los héroes, verdades que debemos conocer para proveernos de un criterio preciso con el cual revisar los altibajos de nuestra controvertida historia patria.
Jorge Euclides Ramírez