La Cuaresma se extiende a lo largo de 40 días, un período cargado de simbolismo bíblico. Este número evoca múltiples episodios en las Sagradas Escrituras, como los 40 días que Jesús pasó en el desierto antes de iniciar su ministerio público, enfrentando tentaciones y fortaleciendo su espíritu.
También recuerda los 40 años que el pueblo de Israel vagó por el desierto en busca de la Tierra Prometida, un tiempo de prueba, purificación y dependencia de Dios. Además, se encuentran los 40 días del diluvio, los 40 días de Moisés y Elías en la montaña, y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto. De esta manera, el número 40 representa un tiempo de preparación, purificación y encuentro con lo divino.
Inicio y Fin: Miércoles de Ceniza y Jueves Santo:
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza, una jornada de profunda humildad y reconocimiento de la propia fragilidad. Durante la liturgia, se impone una cruz de ceniza en la frente de los fieles, un gesto que simboliza el arrepentimiento y la mortalidad. Este rito marca el inicio de un camino de conversión y preparación para la Pascua. La Cuaresma culmina el Jueves Santo, con la Misa de la Cena del Señor, que conmemora la última cena de Jesús con sus discípulos. Este día marca el inicio del Triduo Pascual, los tres días más sagrados del calendario cristiano, que culminan con la celebración de la Resurrección de Jesús el Domingo de Pascua.
Prácticas Cuaresmales: Oración, Ayuno y Limosna:
La Cuaresma invita a los fieles a intensificar su vida espiritual a través de tres prácticas fundamentales: la oración, el ayuno y la limosna. La oración se convierte en un diálogo más profundo con Dios, un tiempo para reflexionar sobre la propia vida y fortalecer la relación con lo divino. El ayuno, más allá de la abstención de alimentos, es un acto de sacrificio y purificación, una forma de ejercitar el dominio propio y abrir el corazón a la gracia de Dios. La limosna, por su parte, es un acto de caridad y solidaridad con los más necesitados, una manera de compartir los bienes materiales y espirituales con los demás.
Significado del Color Litúrgico: El Morado:
El color litúrgico predominante durante la Cuaresma es el morado, un tono que evoca la penitencia, la reflexión y la preparación. El morado simboliza el arrepentimiento por los pecados y la humildad ante Dios. Este color se utiliza en las vestiduras de los sacerdotes y en la decoración de los templos, creando un ambiente de recogimiento y sobriedad que invita a la introspección y al encuentro con lo trascendente.
El Ayuno y la Abstinencia.
Durante la cuaresma, la iglesia católica le pide a sus fieles que realicen actos de abstinencia y ayuno. El miércoles de ceniza, y el viernes santo, son días de ayuno y abstinencia. Los viernes de cuaresma son días de abstinencia.
La abstinencia significa no comer carne roja. El ayuno significa realizar una sola comida fuerte al día. Estas acciones son realizadas para que los fieles puedan realizar un acto de sacrificio, y de esta manera, acompañar a Jesus en su sacrificio.
