Un equipo de científicos españoles ha detectado emisiones masivas de metano en el subsuelo marino de la Antártida, un hallazgo que podría acelerar el cambio climático de manera significativa. Este gas, con una capacidad de calentamiento 30 veces superior a la del dióxido de carbono, está siendo liberado a medida que el hielo antártico se derrite, lo que representa una amenaza para el equilibrio climático global.
Metano en la Antártida: una nueva alerta climática
El descubrimiento refuerza investigaciones previas de científicos argentinos y alemanes, quienes habían identificado filtraciones de metano en el mar de Weddell y en las islas del Atlántico Sur. Estas emisiones, originadas en los sedimentos marinos, ascienden a la superficie en forma de burbujas tan abundantes que han sido denominadas «bengalas de metano».
Según el geólogo Rodolfo del Valle, el principal riesgo de estas emisiones es su gran contribución al efecto invernadero, dado que el metano es responsable de aproximadamente el 25% del calentamiento global. Su liberación en grandes cantidades podría acelerar el deshielo en la Antártida, aumentar el nivel del mar y modificar las corrientes oceánicas, con impactos directos en el clima del planeta.
Riesgo de deslizamientos submarinos y tsunamis
Además de su impacto climático, la liberación de metano podría provocar desestabilización de los sedimentos marinos, lo que incrementa el riesgo de deslizamientos submarinos y tsunamis en zonas costeras. El ascenso de la temperatura del agua y la fragmentación del hielo pueden generar avalanchas submarinas que desencadenen eventos catastróficos en diversas regiones del planeta.
¿Es necesario replantear los modelos climáticos?
Este hallazgo pone en entredicho las proyecciones climáticas actuales y subraya la urgencia de monitorear permanentemente las regiones polares. Según los expertos, el cambio climático inducido por la actividad humana ha acelerado la liberación de gases de efecto invernadero, con el metano como uno de los principales impulsores del calentamiento global.
El impacto de estos eventos podría ser devastador si no se toman medidas urgentes. De no frenar la liberación de metano en la Antártida y otras zonas vulnerables, el planeta podría enfrentar escenarios extremos, como:
- Deshielo acelerado y aumento del nivel del mar.
- Fenómenos climáticos extremos más frecuentes e intensos.
- Alteraciones en los ecosistemas y pérdida de biodiversidad.
- Impactos económicos y sociales de gran magnitud.
Un llamado urgente a la acción
La comunidad científica insiste en la necesidad de políticas globales para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollar tecnologías de captura de metano. La Antártida, considerada un regulador clave del clima global, se convierte una vez más en el epicentro de la crisis climática.
El tiempo para actuar se agota. La evidencia científica es clara: sin medidas inmediatas, el planeta se dirige hacia un punto de no retorno.
