#OPINIÓN Red de Instituciones Larenses: ¿Vamos hacía un desierto viviente? #19Feb

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El desierto viviente se tituló una película famosa en los años de 1950, producida por Walt Disney, basada en la forma de vida de los animales del desierto del Sahara. Ahora pregunto: ¿En Venezuela iremos hacia un desierto que ni siquiera tenga vida humana por la imposibilidad de sobrevivir a un ambiente creado inmisericordemente por nosotros mismos?

Los productores agropecuarios generalmente sonríen cuando ven sus tractores cruzar sus fincas y a la larga esta tecnología está destruyendo su medio de vida. Los suelos de las mejores tierras de cultivo en el mundo están compuestos por terreno suelto, heterogéneo y con muchas bolsas de aire que los hacen porosos. Las máquinas grandes y pesadas como las cosechadoras comprimen el suelo mojado y lo convierten en una masa indiferenciada, o más bien en un bloque impenetrable, un proceso conocido como compactación. Las raíces no pueden así penetrar el suelo, y el agua al no poder drenar corre por la superficie causando erosión. Y, la compactación puede tomar décadas revertir sus efectos. Las empresas que fabrican equipos para granjas, fincas, o haciendas, conscientes del problema colocaron grandes neumáticos en sus vehículos para distribuir un poco el impacto. Los agricultores están utilizando navegación vía satélite para limitar el uso de los tractores a ciertas rutas y dejar el resto del suelo intacto. A pesar de todo, este tipo de compactación sigue siendo un asunto serio, al menos en las naciones donde los agricultores pueden comprar cosechadoras de 400.000 dólares.

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Desafortunadamente, este fenómeno es solo una pieza relativamente pequeña del mosaico de problemas interrelacionados que afectan a los suelos en todo el planeta. En los países en desarrollo la tierra laborable se está perdiendo por la erosión y la desertificación inducidas por el hombre, lo cual afecta de forma directa la vida de 250.000.000 de personas. En el primer estudio sobre el mal uso del suelo en la tierra los científicos de International Soil Reference and Information Centre (ISRIC) en Holanda, estimaron que, en 1991, la humanidad había degradado casi 20.000.000 de kilómetros cuadrados de tierra. Nuestra especie en otras palabras, rápidamente estaba echando a perder un área del tamaño de los Estados Unidos y de Canadá junto.

La escasez de alimentos, causada en parte por la disminución en la calidad y cantidad de la tierra del planeta, ha causado disturbios en Asia, África y América Latina. Para 2030, 8.300.000.000 de personas vivirán en el planeta. para alimentarlos la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación (FAO), calcula que se deberá incrementar la producción de granos en un 30 por ciento. Cualquiera que esté familiarizado con las torpezas humanas podrá apreciar que, a pesar de que aumenta lo que exigimos de los suelos, los estamos destruyendo más rápido que nunca. 

“En pocas palabras nos estamos quedando sin tierra”.

Hay temas cuya aridez ahuyenta a cualquiera.

La degradación de los suelos es uno de ellos. Sin embargo, lo que está en juego, y las oportunidades que representa, son de inmensa importancia. Los investigadores y agricultores del mundo han encontrado que incluso los suelos devastados pueden regenerarse.

La ventaja es que esto nos brinda la oportunidad no solo de combatir el hambre sino también de afrontar problemas como la escasez de agua e incluso el calentamiento global.

De hecho, algunos investigadores creen que el calentamiento global se podría reducir en forma significativa si se utilizaran las vastas fuentes de carbono para regenerar los suelos empobrecidos del planeta.

“La estabilidad política, la calidad ambiental, el hambre y la pobreza tienen las mismas raíces, a la larga la solución de cada uno de estos problemas, que es, restaurar el recurso más básico de todos, el suelo”.

Como siempre, a sabiendas de que no soy experto conocedor de la materia o docto en conservación del ambiente, trato de buscar información en medios qué considero expeditos, en esta oportunidad tomo conceptos emanados por científicos que los han expresado en publicaciones de National Geographic.

Dolorosamente en Venezuela, se puede presumir que no se está prestando la bebida atención a la violación de la Constitución Nacional en 3 artículos que protegen el ambiente y a más de 7 leyes de nuestro “Estamento Legal vigente,” incluyendo leyes penales, que cumplen la misma función.

Me sigue llegando información del caserío Santa Marta, parroquia Hilario Luna Luna, municipio Morán, de este estado Lara, dónde me dicen qué, algunos delincuentes, invasores de oficio, en la búsqueda de satisfacer el lucro avaro, están talando y quemando la montaña aledaña al caserío, la misma que surte el agua a sus habitantes. Supuestamente, esto está siendo liderado por unas personas de apellido Dudamel.

El llamado es a los funcionarios que aceptaron la suficiente autoridad para hacer cumplir su responsabilidad de preservar y proteger todas las formas de vida, preservando el ambiente. Incluso, supongo que, el llamado compete al jefe civil ubicado en Villanueva, población de la misma parroquia, para que tome acciones al respecto, no se puede ni se debe permitir que continúe esta depredación que afecta directamente a la quebrada “EL HUMO”, una de las principales tributarias del “RÍO MORADOR”, puesto que ya, este río, en varias oportunidades se ha secado completamente.

Maximiliano Pérez Apóstol

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