Tal como ocurrió en el 2007, cuando fue aplastado el proyecto de reforma constitucional de Hugo Chávez, tenemos que actuar los demócratas contra la intención de Nicolás Maduro, que no es otra que pulverizar los poderes públicos.
Así lo expresa el abogado Macario González, exalcalde de Iribarren y dirigente de la Plataforma Unitaria Democrática en el estado Lara, quien dijo que el anuncio hecho por el mandatario el sábado, en el sentido de que ya tiene un borrador para hacer desaparecer 80 artículos de la actual Constitución, es sumamente grave.
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Maduro, dice Macario González, desde que está instalado en el poder por vía de la fuerza, ha querido mantener un debate con planteamientos fútiles, baladíes e innecesarios, porque para empoderar al pueblo o producir los cambios políticos, no requiere de ninguna reforma constitucional.
La Constitución actual, como lo reconoció el propio Chávez, permite hacer la gestión pública que satisfaga las aspiraciones de nuestra nación y cuyo fin es que podamos vivir en paz, reconciliados, con prosperidad económica y servicios públicos de calidad.
Nadie puede entender propuestas como las que acaba de hacer Maduro, porque él tiene todos los poderes en sus manos, porque no sólo detenta el Poder Ejecutivo Nacional, sino que se ha apropiado y secuestrado todas las instituciones.
No hay ningún poder público que no esté dirigido por un titular perteneciente al Partido Socialista Unido de Venezuela, cuyo presidente es precisamente el señor Maduro y, por supuesto, tiene plena autonomía sobre todos sus afiliados, quienes no le discute nada de lo que se atreva a decir, aunque sepan que violenta la Constitución.
Su última propuesta es una confesión de que no puede enfocarse en la solución de los problemas del país, suficientemente diagnosticados, porque sus colaboradores son incompetentes.
No puede extrañarnos que cada vez inventé un paquete de leyes o una constituyente, siempre en un afán de debate político, para mantener a la nación, dividida y agitada en temas políticos, cuando lo que se requiere es que todos podamos tener calidad de vida como lo establece la propia Constitución y, desde luego, con un gobierno que sepa administrar los recursos que todavía dispone Venezuela, a pesar de los desastres económicos en los que han incurrido Chávez y Maduro en los últimos 26 años.
Una nueva reforma constitucional será otra falacia, prosigue diciendo Macario González, porque detrás de esa propuesta no hay otro propósito de consolidar su poder personal y grupal de su partido. No tiene sentido ninguna reforma porque la Constitucional actual tiene la definición clásica de la democracia, en la que los poderes públicos funcionen con autonomía como lo dice el artículo 136 constitucional; y cuya originalidad de esos poderes radique en el artículo 5, según el cual la soberanía reside en el pueblo y es intransferible; además de que esa soberanía, como lo establece el 63 constitucional, se ejecute a través del sufragio, que es universal, libre, directo y secreto.
Con esos preceptos constitucionales se puede tener una sociedad con alta participación, con instituciones confiables y respetables y con un gobierno que cumpla sus obligaciones en forma eficiente, justa y honestamente, en que la administración pública sea transparente, conocida a diario y en la cual la corrupción sea castigada, utilizando una palabra de Maduro, draconianamente.
Pero, a la luz de lo que estamos viendo, lo que pretende el mandatario es pulverizar lo que queda de los poderes públicos, porque no sólo tiene todo los poderes públicos, sino que ahora habla de echarle mano a todas las gobernaciones y alcaldías bajo el engaño de un supuesto poder social y comunal.
Ante esta nueva intención presidencial, nosotros tenemos el deber de defender la democracia contemplada en la Constitución del 99, en la que están muy bien definidos los derechos a los ciudadanos, el respeto a los Derechos Humanos, la libertad económica, los fines del Estado para todos los habitantes del país y, desde luego, la alternabilidad en el poder mediante la celebración de elecciones en las que se imponga la validez del artículo quinto, que es el de la soberanía del pueblo, la cual tiene que ser la fundamental para el sistema democrático.
Y recordar que si en el 2007 fue aplastado el proyecto reformista de Hugo Chávez cuando éste tenía un gran apoyo, ahora tenemos que defender la Constitución porque el gobierno lo que pretende es mantenerse a sabiendas que tiene un gran rechazo popular, terminó sus declaraciones Macario González.