Trabajo de www.talcualdigital.com
María Corina Machado sigue en la clandestinidad. En 2025 solo ha estado en la calle un día, la tarde del 9 de enero cuando participó en una concentración en Caracas para ratificar el convecimiento de que hubo fraude electoral el pasado 28 de julio y para denunciar que Nicolás Maduro se juramentaría sin respaldo electoral. Fue detenida y luego liberada.
Luego en febrero ha dicho que fue informada del viaje del enviado de Donald Trump a Caracas, que «no hubo negociación» entre la Casa Blanca y Miraflores, que el final de «esta pesadilla» está cerca. Pero el 28 de julio fue hace casi siete meses, y las expectativas -que no esperanza- de cambio se van diluyendo. El tiempo juega, y solo un equipo lo tiene a favor.
No obstante, Machado insiste en entrevista con TalCual que la cuarta fase, que anunció el 3 de febrero, es la del «desalojo del poder» de quienes lo ocupan. También reitera otras posiciones que dijo entonces, mientras evita demasiadas precisiones: sobre cuándo puede ocurrir una transición, sobre qué cree que hará Trump con respecto a Venezuela, sobre si Edmundo será recibido en el Salón Oval por el presidente estadounidense, sobre si los venezolanos con TPS tendrán alguna alternativa migratoria dentro de Estados Unidos.
Son respuestas esquivas ante certezas que no están, de esas que afirma deben ser construídas más que esperadas. Y mientras tanto entiende que los venezolanos tengan deseo de tenerlas.
«Nicolás Maduro cerró una ventana de negociación que tenía y que, en mi opinión, es la mejor opción para todo, incluso para el propio régimen. Eso nos ha llevado a una fase donde lo que toca es ya el desalojo del poder, es sacarlos. Obviamente eso implica aplicar un nivel de fuerzas que generen incentivos para que aquellos que soportan al régimen finalmente cedan. A diferencia cuando tú tienes un proceso tan estructurado como una elección, aquí los plazos pueden extenderse o contraerse dependiendo del tipo de fuerza que tú logras aplicar y las reacciones de los actores sobre los que las estás poniendo», abre fuegos la fundadora de Vente Venezuela al retratar al gobierno como un «sistema complejo y criminal, pero tremendamente vulnerable».
La exdiputada llama a detectar esas fragilidades y aprovecharlas. «Eso no va a ocurrir solo. Eso implica un nivel de coordinación entre fuerzas de adentro y de afuera, y ese es el trabajo que estamos haciendo hoy y que nos involucra a todos. O sea, esto no es un tema solamente de una dirección política o de un liderazgo». Pero esa coordinación comienza a verse difícil en una oposición que ha dejado de mostrarse cohesionada como se vio de cara a las elecciones presidenciales. Ahora hay criterios más dispares, posturas encontradas sobre qué hacer con las regionales convocadas para abril, y hasta diferencias en la manera de mentar lo que vive Venezuela.
María Corina Machado, no obstante, dice que el sistema es insostenible: «¿Un país donde una pensión no llega a los $3 al mes es sostenible, donde los ciudadanos no pueden educar a sus hijos es sostenible, donde todos sabemos que los derrotamos y que además quieren robarse ese proceso, instalarse a la fuerza a lo macho es sostenible? No hay manera de que la economía venezolana pueda siquiera estabilizarse». Por eso apunta una ruta: «nosotros tenemos la posibilidad de acelerar esto con organización, con presión, con agitación, con denuncia, con protestas, con movilización».
-En 2024 hubo evidencias de que la coalición gobernante tenía problemas internos, especialmente a medida que se acercaba la elección. En 2025 pareciera que hay mucha más cohesión. ¿Qué evidencias ve usted, después del 10 de enero, de que en realidad el gobierno esté más débil?
—Evidentemente no todo es público y y ellos tienen enormes recursos económicos y comunicacionales para presentar una imagen de cohesión. Creo que la mayor evidencia en este momento es el enorme terror que tiene el régimen tanto a una reacción interna como a una respuesta firme y coordinada en la comunidad internacional.
-¿Y hay músculo para eso que usted está planteando?
—Esto es un mar de fondo que estaba allí, que mucha gente no lo vio venir. No subestimemos la inteligencia del ciudadano, la conciencia popular, de entender que se requieren nuevas formas de articulación, de comunicación y de acción para escaladas que van a venir. Este régimen tiene vulnerabilidades profundas que lo hacen insostenible, las divisiones y su aislamiento internacional es irreversible. Es decir, el mundo sabe lo que se ha configurado en Venezuela y es la amenaza, el peligro a la seguridad hemisférica más grande que hay en este continente.
-Le hemos escuchado decir que una desobediencia desde los factores armados del país no ha ocurrido y «eso hay que trabajarlo». ¿Eso es «ahora» o se ha venido trabajando desde antes y no ha funcionado? ¿O no será que no es posible convencerlos porque la Fuerza Armada forma parte del tejido del gobierno y no es un tercer actor?
—Esto es mucho más complejo que solamente una estructura. Aquí estamos hablando de rodear un sistema que son unos secuestradores y quitarle lo que han sido sus fuentes de apoyo y lo hemos ido logrando: la calle, la gente, la legitimidad, sus bases, los aliados internacionales relevantes. Eso se le ha ido quitando. Se sostiene en esa represión que quiere callar a todo el mundo y perseguir al que medio levanta la cabeza y hacernos sentir que estamos absolutamente vigilados, controlados, sometidos; y se alimenta de flujos criminales y con un aparato de propaganda para aterrar a todo el mundo. Por eso los venezolanos necesitamos coordinar para que eso se elimine. Entonces, es importante mantener el ímpetu y la confianza entendiendo la dinámica de este momento reagrupando y relanzando una ofensiva con muchísima gente que antes no estaba. ¿Alguien puede creer que Maduro haya logrado un apoyo de una persona en los últimos seis meses en Venezuela? No, por el contrario.
-¿Y María Corina Machado lo ha obtenido, un apoyo distinto a los que ya tenía antes del 10 de enero?
—Nuestro movimiento, absolutamente sí. Que hay gente que con razón se siente frustrada, desanimada, con desencanto, con miedo, eso es normal. Pero nosotros como movimiento hemos ido adquiriendo una gran inteligencia, una enorme resiliencia, y eso requiere una enorme fuerza espiritual, pero por algo hemos llegado hasta aquí. No hay otra opción que la victoria, que derrotarlos y eso va a pasar.
-Hay unas elecciones convocadas para el 27 de abril, y eso comienza a mostrar divisiones entre quienes hasta ahora se mostraron alineados. La posición que usted ha mostrado es de no participar allí, como lo ha dicho también Edmundo González. ¿Esa convocatoria los está separando?
—Yo creo que el 27 de abril va a ser una enorme derrota para el régimen nuevamente. La inmensa mayoría de los líderes políticos están actuando con una gran claridad y valentía, porque el régimen evidentemente está ejerciendo presiones terribles para obligarlos a avalar esta maniobra y muchos están resistiendo con el enorme costo personal que eso implica. Pero lo importante es que la gente está clarísima que vamos a defender y a trabajar para que en Venezuela se pueda votar y elegir, pero en este momento yo no creo que nadie vaya a caer en trampas. El régimen pretende el 27 de abril elegir a sus nuevos rehenes y convertirlos en avaladores de un sistema que pretenden perpetuar.
-Un zuliano pudiera decir «pero es que yo prefiero que Manuel Rosales gobierne el estado a que vuelva una figura del PSUV», por ejemplo. ¿Eso es incompatible?
—Creo que lo que estás diciendo es una falacia porque lo que quedó claro el 28 de julio es que tú puedes votar pero solamente por quien el régimen te permite y al final va a quedar quien el régimen decide. Pero no solamente eso, sino que una vez que el régimen asigna quiénes quedan, están allí sometidos a todo tipo de presión, chantaje y extorsión para que hagan lo que el régimen quiere. La gente no se deja engañar, y el 27 de abril no divide sino que reafirma la vocación de libertad que planteamos el 28 de julio.
-Una de las tesis es que todo escenario electoral ayuda a la movilización y a mantener a la gente activa, politizada. Si no es a través del 27 de abril, ¿cómo ve María Corina Machado que se puede mantener esa movilización, esa organización?
—Yo he escuchado ese argumento varias veces y es como si la gente fuera borregos. «Muévanse, no importa pa’ dónde vayan, brinquen». ¿Qué es eso? No es actuar por actuar, no es moverte por moverte. ¿Contribuye al objetivo de sacar al régimen o perjudica? Y eso es una decisión individualísima. Yo tengo confianza en la gente. Lo vimos con el referendo del Esequibo, cuando hubo quien salió a avalar eso con el mismo argumento. Y la gente entendió que eso era una trampa. Hay algunos que no entienden lo que pasó el 28 de julio, pero el pueblo sí. El 27 de abril no va a pasar por debajo de la mesa, pues le vamos a propinar una enorme derrota nuevamente al régimen.
-Edmundo González continúa su gira por varios países, pero qué viene después de esas reuniones, dónde se sentará?
—Está en Múnich, estará en Ginebra también. Ahí hay un conjunto de intercambios y reuniones sumamente importante con actores claves del mundo entero. La mayoría de los encuentros son privados. Él ha estado consolidando una red de aliados genuinos con la democracia en Venezuela, y con la libertad y la democracia del hemisferio. Todo el mundo está clarísimo, el futuro de la democracia en este continente se está luchando en este país, en este momento.
–Decía que la ruta de la negociación política no la quisieron tomar quienes están a cargo del poder, pero Magalli Meda decía en una entrevista reciente que la gente «va a tener que tragar grueso» pues hay que abrirse a una negociación y «dejar el puritanismo». ¿Cómo alineamos ambas afirmaciones?
—Yo digo que van a salir del poder con o sin negociación. Hasta este momento ellos no han querido una negociación. Sigo creyendo que esa es su mejor opción, pero si se niegan también saldrán porque la realidad es la realidad. Necesitamos relanzar nuestras fuerzas, hacerlas crecer cada día más y obviamente coordinarlas con un paquete de acciones que provienen de la comunidad internacional y que cortan los flujos que el régimen hoy utiliza para sostener ese aparato represivo.
-¿Qué significa un «paquete de acciones» de la comunidad internacional?
—En un conjunto de acciones que están orientadas a cerrar el flujo del dinero criminal que es la fuente para sembrar terror por la vía de la propaganda del régimen y por la vía de la represión.
-¿Tenemos que interpretarlo como «sanciones»?
—Algunas sí, otras no.
-¿La comunidad internacional pasa por hablar de Estados Unidos, con Donald Trump conversando con Caracas, y también acercándose a Vladimir Putin con la preocupación de que en realidad no le importan tanto el tema de la democracia sino el de la estabilidad. ¿Qué espera María Corina Machado específicamente de la administración Trump y Venezuela?
—En Venezuela todos los temas de estabilidad democrática, de seguridad nacional, humanitarios, migratorios, de negocios en el sector energético convergen, y todos se resuelven con una transición a la democracia en Venezuela. El gran esfuerzo que nosotros estamos haciendo es interactuar con todos estos sectores, con todos estas visiones, con todos estos intereses y articularlos para que esto tenga lugar lo más pronto posible.
-¿Hay expectativa de una foto finalmente entre Donald Trump y Edmundo González?
—Bueno, es que yo creo que esto no es un tema de fotos, sino de acciones concretas.
-También ha dicho que conversan con la administración Trump sobre el tema del TPS para buscar alternativas. ¿Confía en que antes de abril pueda haber una solución para esos tenedores de TPS que se vencen?
—Lo que puedo decirte que hay muchísimas personas abocados a este tema en el Congreso, con los representantes electos en los estados donde hay venezolanos con comunidades importantes, y nosotros estamos ayudando, coordinando la mejor de nuestras capacidades para que se consiga una opción que sea justa, sobre todo atendiendo la necesidad de tantos venezolanos que han huido de un sistema criminal y que para ellos es un problema de enorme riesgo sobre su vida y su libertad estar en Venezuela.
-Usted y hasta Edmundo González han sido criticados por no mostrar una postura de rechazo más fuerte a la decisión de no extender el TPS, se ha dicho que no quieren molestar a Trump.
—Nosotros mostramos una posición muy firme, muy clara, en un comunicado hace ya varios días inmediatamente después de que se supo esa decisión, y hemos insistido en todas nuestras declaraciones públicas que esa es nuestra posición. Esto no es un problema de molestar o no molestar a un sector u otro, el problema es conseguir efectividad en alguna respuesta y para eso es que estamos trabajando.
-Usted sigue en «resguardo». En 2024 fue novedosa una campaña sin publicidad, pero en 2025 operar el liderazgo político por Zoom también es una excepcionalidad. ¿Cómo se ejerce un liderazgo por videollamada, y hasta cuándo puede tener efectividad?
—Yo pensaba que no había nada más difícil que hacer una campaña recorriendo todo el país cuando no tienes plata, cuando te trancan las calles, cuando los medios no te reseñan, cuando te trancan las estaciones de servicio para que no tengas gasolina, cuando te sancionan los hoteles, entonces no tienes dónde quedarte a dormir, donde no puedes ni comprar una empanada porque cierran el lugar. Y de repente entramos en esa nueva fase donde tienes aún menos recursos, porque no puedes tocar, abrazar.
Esto es todo un nuevo desafío de reinventarnos y yo siento que nosotros, los venezolanos, hemos roto todos los libritos de cómo se hacen las cosas y hemos innovado en todos los planos. En esta circunstancia tan extrema son miles de personas que en este momento están resguardadas o escondidas, que han tenido que dejar sus casas, sus hijos, su comodidad, que viven en situaciones de extremo riesgo porque los están buscando o se sienten perseguidos. Son miles, como hay miles de presos, como hay miles que han tenido que dejar el país. Y todos nos hemos reinventado en cómo podemos seguir dándolo todo por el país. Es un aprendizaje permanente y yo trato de explotar al máximo estas posibilidades que tengo.
Estuve hasta tardísimo reunida con chamos de todo el país por el Día de la Juventud, y yo escuchaba sus testimonios y pensaba que ellos me llamaron para que yo los entusiasmara y resulta que era yo quien estaba hinchada de emoción de escucharlos desde todos los estados del país. Por eso digo que algunos no se dan cuenta y creen que los códigos de antes funcionan. Esto no es un tema de que se pongan de acuerdo cúpulas de partido. Aquí hay que escuchar y respetar al ciudadano y todos asumir tareas concretas porque esto depende de todos.
-Entonces, de nuevo, le pregunto si es posible que haya conversaciones sobre el 27 de abril que permitan salir de la dicotomía simple de participar o no participar para entrar en una sobre la utilidad política de esa fecha y quizá encontrar coincidencias. Eso, frente a ver un debate donde ya se ven descalificaciones, y hasta insultos, entre actores que de alguna u otra manera quieren cambiar la situación venezolana.
—Es que el problema no es participar o no participar. El problema es si estás con la vigencia y la defensa del 28 de julio o no. Ese es el punto. Estás comprometido con una política que está absolutamente decidida a sacar el régimen y debilitarlo día a día o no. Y claramente hay una maniobra del régimen orientada a desfigurar lo que fue ese mandato. Creo que este es un momento donde cada persona tomará su propia decisión y al final quien va a juzgar es precisamente el pueblo de Venezuela y la historia. Cada quien tiene que tomar una decisión sobre de qué lado está. No puede estar bien con Dios y con el diablo.