El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció este jueves que su gobierno estudia la posibilidad de trasladar a migrantes venezolanos hasta la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela. Esta medida surge como respuesta al creciente flujo de personas que retornan desde el norte del continente tras no poder ingresar a Estados Unidos.
“El envío directo a Venezuela no es factible, ya que no tenemos contacto alguno con su gobierno. Sin embargo, estamos explorando la posibilidad de trasladarlos a Cúcuta y facilitar su retorno”, explicó Mulino durante su conferencia de prensa semanal.
Panamá y Venezuela mantienen relaciones diplomáticas suspendidas y el espacio aéreo cerrado, lo que impide la deportación directa de ciudadanos venezolanos. Sin embargo, la crisis migratoria ha tomado un giro inesperado, con un aumento en el número de personas que buscan regresar a su país tras enfrentar dificultades en el norte.
Medidas para gestionar el flujo migratorio inverso
Las autoridades panameñas, en coordinación con Costa Rica, han diseñado estrategias para gestionar el retorno de los migrantes. Estas incluyen la reubicación en albergues temporales en las fronteras y en la provincia de Darién, así como la implementación de vuelos de repatriación financiados por Estados Unidos.
“Estamos viendo un fenómeno de migración inversa. Ahora nos enfrentamos a la llegada de personas deportadas de EE.UU. y debemos garantizar una solución rápida”, señaló el ministro de Seguridad de Panamá, Frank Ábrego.
Movilización ante las deportaciones
Este jueves, Panamá recibió a 119 migrantes de diversas nacionalidades deportados por Estados Unidos, quienes serán alojados temporalmente antes de su traslado a sus países de origen.
El pasado 2 de febrero, Mulino propuso al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, fortalecer la cooperación en materia migratoria, en el marco del acuerdo bilateral de vuelos de repatriación. La propuesta forma parte de los esfuerzos de Panamá por reducir la presión migratoria en su territorio.
La situación continúa evolucionando mientras el gobierno panameño evalúa las opciones para gestionar la crisis y facilitar el retorno de los migrantes a sus países de origen.