En abril de 1928, Venezuela se encontraba bajo el yugo de la dictadura de Juan Vicente Gómez. En medio de esta opresión, un grupo de jóvenes, conocidos como la Generación del 28, protagonizaron un movimiento estudiantil que marcaría un hito en la lucha por la libertad y la democracia en el país.
La semana del estudiante en Caracas fue el escenario elegido para alzar la voz contra el gobierno de Gómez. Las actividades, organizadas por los propios jóvenes, se convirtieron en una plataforma para expresar su descontento y exigir cambios.
El movimiento se inició con un desfile desde la Universidad Central de Venezuela hasta el Panteón Nacional, donde los estudiantes rindieron homenaje a los próceres de la Independencia. La coronación de Beatriz Peña Arreaza como reina de los estudiantes en el Teatro Municipal de Caracas fue otro de los eventos destacados.
Durante la coronación, el poeta José Pío Tamayo, sin ser estudiante pero comprometido con la lucha política, leyó el poema «Homenaje y demanda del indio«. El poema, considerado subversivo por el gobierno de Gómez, le valió a Tamayo su arresto y posterior traslado al Castillo Libertador de Puerto Cabello, donde fallecería en 1935 a causa de la tuberculosis.
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La represión no se hizo esperar. Cientos de estudiantes fueron encarcelados en La Rotunda, El Cuño, el castillo de Puerto Cabello y otras prisiones. En octubre de 1928, un grupo de estudiantes envió una comunicación a Juan Vicente Gómez solicitando la reconsideración de las medidas represivas, pero la respuesta fue el encarcelamiento de más de 200 estudiantes, quienes fueron enviados a las colonias de Araira para realizar trabajos forzados.
A pesar de la represión, el movimiento de jóvenes y estudiantil de 1928 sentó las bases para la lucha contra la dictadura de Gómez. Jóvenes como Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Andrés Eloy Blanco, Raúl Leoni y Miguel Otero Silva, que participaron activamente en el movimiento, se convertirían en líderes políticos que impulsarían la lucha por la democracia en Venezuela.
La gesta de la Generación del 28 es un ejemplo de cómo la juventud puede ser agente de cambio y transformación social. Su valentía y determinación inspiran a las nuevas generaciones a seguir luchando por un país libre y justo.