La cuarta Encuesta de Hogares (EH) de HumVenezuela, elaborada por diversas organizaciones de la sociedad civil en el país, evaluó a 12 566 hogares en los 24 estados y reveló que la mayoría de la población vive en condición de pobreza por ingresos.
Según el informe, el 86,9 % de los venezolanos no cuenta con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. De este porcentaje, el 70,6 % se encuentra en pobreza extrema. La mayoría de las familias no pueden costear una canasta básica de bienes y servicios valorada en 1.100 dólares mensuales, ni una canasta alimentaria que asciende a 540 dólares.
Los estados más pobres
Ocho de los 24 estados encuestados se encuentran en una situación de pobreza extrema más acentuada y estos son: Guárico (91%), Apure (87%), Yaracuy (82%), La Guaira (80%), Delta Amacuro (78%), Monagas (78%), Bolívar (76%) y Amazonas (74%).
“Entre 2023 y 2024, la mediana de ingresos de los hogares se incrementó un 65,4%,subiendo de 102,5 $ a 169,6 $ al mes, lo cual representa el estimado de 2,3 dólares más, ascendiendo de 3,4 $ a 5,7 $ al día”, destaca el informe de HumVenezuela.
Sin embargo, en algunos estados hubo una mejoría más notable, como en Carabobo, Distrito Capital, Lara, Miranda y Nueva Esparta.
Principales ingresos
Las familias venezolanas se están sosteniendo con sus ingresos propios. En la encuesta, se revela que el 53,4%, dependen de un puesto de trabajo informal. Mientras que el 49,1% se mantiene gracias a un empleo formal y el 40 % restante recibe bonos y ayudas dispensadas por organismos del Estado.
“Al comparar 2024 con años anteriores, las remuneraciones y las remesas se mantuvieron igual, mientras que bajaron las ganancias propias y las pensiones”, añade la publicación.
Enfatizan que las familias continuaron siendo dependientes de los bonos y ayudas estatales, a pesar de que se registró una reducción 55,1% a 40,0% entre 2023 y 2024.
Otro hallazgo importante es el aumento de las actividades económicas ilícitas como la minería ilegal. “Entre 2023 y 2024, aumentaron de 33,1% a 35,9% los hogares que reportaron haber trabajado en empleos informales y precarios. Igual subió, de 17,8% a 25,6%, los que trabajaron en empleos riesgosos, incluyendo los de “economías ilícitas”, como la minería ilegal”, analizan en el documento.
En cinco estados, la población está más inmiscuida en este tipo de actividades y son Delta Amacuro, Guárico, Portuguesa, Táchira, Barinas y Falcón.
Una pequeña recuperación
A pesar del panorama, la encuesta encontró “una pequeña recuperación” en las fuentes de ingresos de los hogares venezolanos.
“Los hogares con menos fuentes de ingresos disminuyeron un 6,2% entre 2023 y 2024, bajando de 65,0 % a 58,8 %”, afirman en el estudio.
En algunos hogares hubo pérdida de remuneración, donde los hogares perdieron fuentes de ingresos, pero “en todas las demás se registró una pequeña recuperación, reduciéndose los hogares con pérdidas: de 22,3% a 20,4% en ganancias propias; de 6,0% a 3,2% en pensiones; de 13,1% a 8,9% en bonos y ayudas estatales; y de 5,2% a 3,4% en remesas del exterior. De estas cuatro fuentes, los bonos y ayudas estatales representaron la fuente de menor pérdida”, indican.
Dificultades para la alimentación
Como en años pasados, durante el 2024, muchos venezolanos tuvieron dificultades para adquirir alimentos debido a las dificultades económicas.
“Muchas familias deben recurrir a otras estrategias de sobrevivencia para tener acceso a los alimentos. El crédito fue la segunda forma más usada para más del 20% de los hogares,
mientras que, entre un 12,7% y 10,5%, utilizan las figuras del intercambio, los obsequios/asistencia y el cultivo, que disminuyeron su frecuencia de uso entre 2023 y 2024”, descubrieron durante la encuesta.
Pequeños comercios
Para los venezolanos, la primera opción de compra sigue siendo los pequeños abastos y, en ocasiones, recurren a las conocidas “bodegas”, las cuales son más populares en las regiones que en la capital del país.
“Para abastecerse de alimentos, 62,7% de los hogares acudió a los abastos o establecimientos comerciales de pequeña escala, indicando que la mayoría de las familias deben mantener un ritmo corto de compra o crédito de manera diaria, a medida que vaya la disponibilidad de ingresos, mientras que el 55,4% utilizó también los supermercados”, agrega el informe.
El CLAP, una opción recurrente
Las bolsas o los alimentos subsidiados por el Estado siguen siendo una opción recurrente para la población. “Un 54,5% de los hogares recurrió a la espera para adquirir las bolsas o cajas de alimentos con subsidio estatal, que distribuyen los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) en las comunidades, y los mercados ambulantes fueron el otro lugar de abastecimiento para el 32,1%”.
Aunque se reveló una “pequeña recuperación” en la economía de los hogares, esto no significó una mejor alimentación para algunos hogares del país. “Pese a la mejora de ingresos, entre 2023 y 2024, de 13,8% a 14,8%, aumentaron los hogares que no contaban con un mínimo de presupuesto para alimentarse”.
Gastos excesivos de alimentos
La alimentación es un recurso indispensable y es por ello que un gran porcentaje de los venezolanos afrontó gastos excesivos en alimentos y destinaron más de la mitad de su presupuesto en esta necesidad.
“Subió, de 65,5% a 70,2%, (en comparación al año anterior) los que afrontar un gasto excesivo en alimentos, destinando más de la mitad o casi todo su presupuesto a cubrir esta necesidad, dejando poco margen para cubrir otras como educación, salud, transporte y servicios básicos”.
Los hogares con mayor dificultades presupuestarias para el gasto de alimento se encuentran en Guárico, Sucre, Táchira y Amazonas. Sin embargo, “con graves problemas de falta de presupuesto se encontraron los estados Delta Amacuro y La Guaira”.
Alimentación escasa
El estudio indica que la cantidad de alimentos para 82,3% de los hogares era “insuficiente, escasa o muy escasa”, porcentaje algo superior al registrado en 2023, donde los hogares en alguna de estas tres categorías sumaban un 78%,
La gravedad de la situación se acentúa en las regiones. Se lee en el documento: “Más del 20% de los hogares en Portuguesa, Guárico, Falcón, Táchira, Anzoátegui, Delta Amacuro y Apure reportaron obtener cantidades muy escasas de alimentos”.
Estrategias para comer
Los números sostienen que debido a los altos niveles de inseguridad alimentaria de los venezolanos, algunos deben recurrir a estrategias para poder llevar comida a sus mesas.
“En 2024, 7 de cada 10 hogares en Venezuela adoptaron estrategias de sobrevivencia para que sus miembros pudiesen comer. Algunas estrategias asociadas a una seguridad alimentaria en crisis y a la inseguridad alimentaria moderada bajaron, como comprar alimentos más baratos (67,9%) y reducir el tamaño de las porciones de comida (32,8%), pero las estrategias vinculadas a la inseguridad alimentaria severa se agudizaron, tales como permanecer con hambre (10,5%) y pasar días enteros sin comer (7,3%)”.
Otras estrategias que se usaron fue el recorte de los gastos en la educación de niños, niñas y adolescentes en 19,2 %, así como el racionamiento de alimentos, optando por disminuir las comidas para los adultos para que los más jóvenes puedan comer.
“Entre 2023 y 2024, la inseguridad alimentaria bajó de 45,2% a 43,3%, y la inseguridad severa aumentó de 9,3% a 10,5%”, aseguran.