Edgar Allan Poe, el genio literario condenado a  la miseria #10Ene

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Solamente su extravagante y atolondrada existencia es la materia prima ideal para cualquiera de sus  excepcionales relatos que forman parte de la historia de la literatura norteamericana y universal. Esa conducta también lo convirtió  en uno de los llamados escritores “extraños”.

Contra su persona siempre ha conspirado el estereotipo que lo presenta como un  bohemio desordenado ignorando que fue un pionero de la literatura de ciencia-ficción y un hombre atento a los cambios técnicos, científicos y económicos de su tiempo que supo captar oportunamente. Hechos que lo ubican a la altura  de un Giordano Bruno o Galileo que se atrevieron a desafiar el poder de la Iglesia Católica al afirmar en la Edad Media que la Tierra no era el centro del Universo. 

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Nacido el 19  enero de 1809 en Boston, EE. UU., sus vivencias son las de un jugador permanentemente derrotado. Hechos que él mismo pareciera provocar por la pérdida de las mejores oportunidades de la vida sin superar sus penurias económicas, las cuales le acompañan toda la vida.

El hombre hipersensible

La buena estrella lo acompañó como escritor, pero en cambio no lo alumbró en otras facetas de la vida. Sus progenitores eran actores menores de un teatro ambulante que apenas ganaban el sustento para sobrevivir. Su drama comenzó cuando fue abandonado por su padre.

Era hipersensible de carácter y personalidad que rayaban en lo neurótico con crisis de delirio y paranoia siendo el blanco de las críticas del entorno. Además, una débil salud por su madre que murió de tuberculosis para quedar huérfano a los cinco años de edad. Entonces lo adopta un próspero empresario exportador de tabaco de Virginia, quien era el polo opuesto al extraordinario artista que encarnaba. Así fue presa de una  falta de fortaleza cardíaca y mental con un intento fallido de suicidio a los 39 años. 

Una vida de anomalías, vicios y rebeldía

Su endeble organismo no soportaba siquiera una copa de licor que bastaba para hacerlo perder el conocimiento y sumirlo en la total inconsciencia. Los bloqueos mentales, uno de los efectos dañinos del licor en ciertas personas, como era su caso.

Pese a ello, siempre le rindió devoción a los placeres dionisíacos. Ello hasta los extremos del consumo de opio que usaba para aliviar las penas de la adversa existencia material y como estimulante para sus creaciones literarias

Mientras que en lo amoroso sus relaciones siempre fueron agitadas, entre estas la establecida con Helen, quien lo doblaba en edad. A las citas decisivas, como aquella con el presidente de Estados Unidos, nunca llegaba por causa de sus borracheras. En fin, un desastre personal en cuanto a normas sociales en marcha siempre contra la corriente.  

La suya fue una vida colmada de anomalías y rebeldía primero ante un padre, John Allen, que quería verlo convertido en un profesional universitario o comerciante pero menos en escritor, a causa de sus conflictos y separaciones hasta desenredarlo. Igualmente el gusto por el juego, la aventura y la camorra en un ambiente machista donde las diferencias  y rivalidades se resolvían con los duelos. En aquella hostil atmósfera de feroces competencias se levantaría el pequeño huérfano adoptado sin el reconocimiento total del padre para a los 14 años dejar constancia de su prodigioso talento cuando comenzó a componer poesía. 

Antes de los veinte años Poe era dueño de una amplísima cultura lograda con lecturas de historia antigua, literatura universal, física, astronomía y dominio de cinco idiomas que lo erigieron en un erudito en un mundo de desenfrenada competencia económica, atraso y discriminación racial como entonces era el sur de Estados unidos en contraste con el  avanzado norte industrial. 

Luego el sobresaliente estudiante de la Universidad de Virginia donde impresionó a profesores y condiscípulos por su inteligencia. Estudios que dejó inconclusos al retirarse forzado por las deudas que adquirió por causa del juego. 

Ya adulto sobresalió en los quehaceres de la narrativa, poesía, ensayo, periodismo y declamación, siendo vitoreado en esta última por el público cuando recitaba su poema «El cuervo”.

Genial literato

Con todo, labró su destino como brillante escritor. El mundo le debe a Allan Poe el legado de una obra literaria que ha influido en varias generaciones de escritores. La misma no es la de un improvisado sino de un metódico trabajador de la palabra y el pensamiento forjado por su conocimiento de los románticos ingleses. 

Para él la clave de un relato está en el comienzo en que apresa al lector con la exposición de hechos reales, objetivos y no subjetivos  los cuales deja para lo sucesivo y el final. Es una aproximación al modelo basado en la fenomenología caracterizada por presentar la realidad sin modificación alguna. Una técnica usada también por el Premio Nobel Gabriel García Márquez manifiesta en el libro Crónica de una muerte anunciada en que apela al principio al tiempo presente para seducir al lector.

La lectura de sus obras nos revela que era dueño de inmensa capacidad de observación. Un requisito que Ernest Hemingway consideraba fundamental en el buen escritor. 

Es un fiel cronista de su tiempo. Por ello en  gran  parte de su obra es constante el reflejo de los cambios industriales, científicos y económicos suscitados en Estados Unidos en el siglo XIX como lo registra en  su cuento largo Aventuras de Artur Gordon Pym, el cual, por la forma, escribió con abundantes oraciones largas y compuestas. Las repercusiones de  la Revolución Industrial expresadas en el ferrocarril  y el barco a vapor, como nuevos medios de transporte, las capta y plasma fielmente en parte  de su obra.

Maestro del cuento y terror

Es un convencido del poder comunicacional del cuento como género literario fundamentado en las nociones de la brevedad, el rigor metódico y la economía de recursos. Conocedor de inclinaciones y tendencias lo consideraba el más indicado para aquellos cambiantes tiempos y el tipo de lector norteamericano. En este aspecto acertó al conocer a fondo el público al cual dirigía su obra. Además creía que un relato sin entretenimiento no tenía sentido y era una letra muerta. Son las claves de su teoría del cuento con que marcó distancia del empirismo. La explicación de su eficaz estilo y poder comunicacional en sus exitosas obras.

De esa forma nos resulta deslumbrante un cuento como Eleonora (a nuestro parecer uno de los mejores) en que narra su relación amorosa con su prima como si fuera un pintor por el cromatismo con que construye la trama a partir de un preciso lenguaje con asombrosas imágenes, entre estas el verdor  del valle y la montaña más la fuerza dramática y testimonial de la  idílica historia; en este relato también diserta agudamente sobre el tema de la locura. Otros  de sus memorables creaciones son: El pozo negro, El escarabajo de oro, El gato negro, Manuscrito en una botella y su consagratorio poema El Cuervo.

Allan Poe se crece con su inteligencia transformadora para convertirse en un pionero  de los géneros  del terror, policiaco y ciencia-ficción, siendo traducido a numerosos idiomas luego de su deceso el 7 de octubre de 1849 en Baltimore cuando buscaba un mejor camino para superar su infelicidad material.

Vivir del periodismo

Fue el primero en Estados Unidos que intentó sobrevivir con lo que escribía para los periódicos sin lograrlo y quedarse en el audaz ademán. Aunque a cada periódico que ingresaba aumentaba de inmediato su tiraje por el interés que despertaban sus trabajos. Eran otros los beneficiados con su escritura. Los bajos salarios pagados por los diarios fueron la causa de las reiteradas dimisiones a los mismos siendo su mayor ingreso económico el de los ocasionales premios literarios que ganó. El más cuantioso fue el de cien dólares por su cuento El escarabajo de oro con el que se hizo de cien dólares.   

El proyecto de un periódico propio lo acompañó durante su atribulada existencia. Eso que hoy conocemos como emprendedores se lo propuso también. De ello apena hubo el esbozo mental para terminar en la frustración pues carecía de las condiciones del empresario y habilidades para amasar fortuna atravesando toda su vida por espantosos cuadros de miseria mitigados por los amigos. 

Siempre en lucha contra las adversidades y limitaciones, que le costó que lo llamaran loco. Un hecho que acepta cuando en su cuento Eleonora plantea irónicamente que: “no se sabe si la locura es o no la forma más elevada de la inteligencia”. El genio que desaparece  el 7 de octubre de 1849, abandonado en las calles de  Baltimore invocando a Dios a quien suplica que se apiade de su alma. Como diría otro raro de la literatura, el checo Franz Kafka: “Igual que un perro”

El mitológico y rebelde escritor que se negó a ser una tuerca más de esa cotidiana multitud en afirmación del individuo que ama la libertad, aunque sea al precio de una extravagante existencia que raya en la miseria. Un derrotado mas no un fracasado. Un genio de la literatura que no nace todos los días sigue siendo visto como un mal ejemplo por cierta moral.

Freddy Torrealba Z.

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