En un hecho que ha sorprendido a la comunidad científica, un monstruo oceánico fue visto por primera vez en aguas superficiales. Un ejemplar de pez diablo negro, o rape abisal, fue encontrado a tan solo dos kilómetros de la costa de Tenerife.
El hallazgo representa un acontecimiento sin precedentes, ya que esta especie marina suele habitar en las profundidades del océano, entre los 200 y 2.000 metros, donde la luz del sol no penetra.
El pez, de la especie Melanocetus johnsonii, fue encontrado por la ONG Condrik Tenerife, especializada en la investigación y conservación de tiburones y rayas en las Islas Canarias. Los expertos se mostraron sorprendidos por el avistamiento, ya que hasta ahora solo se habían encontrado ejemplares muertos o larvas de esta especie cerca de la superficie.
Hallazgo de monstruo marino
Este descubrimiento abre nuevas interrogantes sobre el comportamiento y la biología de esta enigmática criatura marina. Los científicos deberán analizar en profundidad las causas que llevaron a este pez a acercarse tanto a la costa y a la superficie.
Algunas hipótesis apuntan a que el ejemplar podría haber estado enfermo o herido, lo que le habría dificultado mantener su profundidad habitual, la ONG también señala que una corriente ascendente, o la huida de un depredador, son algunos de los posibles motivos de que se encontrar en aguas superficiales.
El pez diablo negro es una especie de pez abisal caracterizado por su aspecto peculiar. Posee una gran boca llena de dientes afilados y un apéndice dorsal repleto de bacterias simbióticas bioluminiscentes a modo de cebo para atraer a sus presas.
«Su género «Melanocetus» significa literalmente «monstruo marino negro«, un nombre que no sorprende con estas imágenes», escribió la ONG en Instagram.
Debido a su hábitat, esta especie es poco conocida y se han realizado pocas investigaciones sobre ella, la ONG destaca que podría ser el primer avistamiento de la especie en aguas superficiales.
Implicaciones para la conservación marina
Los expertos de la ONG Condrik-Tenerife, dedicada al estudio de tiburones pelágicos observaron el espécimen a solo 2 km de la costa de Tenerife, la bióloga marina Laia Valor detectó la inusual silueta del pez, el fotógrafo de fauna marina David Jara y los biólogos Marc Martín y Antonio Sabuco, miembros del equipo de conservación e investigación documentaron el hallazgo.
Este hallazgo pone de manifiesto la importancia de proteger los ecosistemas marinos, incluso en las zonas más profundas. Los océanos albergan una gran diversidad de especies y muchos de sus secretos aún están por descubrir. Es fundamental continuar investigando y conservando estos ecosistemas para garantizar la supervivencia de todas las especies marinas.