Los constantes cortes eléctricos en el estado Táchira han generado un aumento considerable en los precios de los productos agrícolas, según productores de la entidad, que denuncian un incremento entre el 20% y el 30%.
La necesidad de utilizar plantas eléctricas para mantener operativas las actividades productivas, sumada al alto costo del combustible, ha impactado directamente en los costos de producción y, por ende, en los precios finales al consumidor, reportó el Diario Los Andes.
Plantas eléctricas y combustible
Ezequiel Pérez, productor agrícola, explicó que los apagones prolongados, que pueden durar hasta cuatro horas, han obligado a los productores a invertir en plantas eléctricas y combustible para mantener en funcionamiento equipos de refrigeración y otros sistemas esenciales para la conservación de los alimentos.
Según Pérez, los productores están asumiendo un costo adicional por concepto de combustible que oscila entre los 2 y 3 dólares por litro, lo que representa un gasto significativo en sus operaciones. Esta situación se agrava por la falta de acceso a subsidios gubernamentales para la adquisición de combustible, lo que obliga a los productores a recurrir al mercado negro.
Los productos más afectados por esta situación son aquellos que requieren refrigeración para su conservación, como pescado, leche, queso, carne, hortalizas, verduras y frutas. La falta de energía eléctrica ha ocasionado pérdidas de estos productos, lo que ha reducido la oferta y, en consecuencia, ha elevado los precios.
Impacto en el consumidor
El incremento en los costos de producción se ha trasladado al consumidor final, quien debe asumir precios más elevados por los alimentos. Esta situación afecta especialmente a los sectores más vulnerables de la población, que ven reducida su capacidad adquisitiva y deben destinar una mayor proporción de sus ingresos a la compra de alimentos.
Consecuencias para la producción
Los constantes apagones no solo afectan los costos de producción, sino que también generan incertidumbre entre los productores, quienes ven amenazada la viabilidad de sus actividades.
La falta de energía eléctrica puede provocar la pérdida de cultivos, la disminución de la producción y la dificultad para cumplir con los compromisos comerciales.