El bolívar venezolano continúa devaluándose frente al dólar estadounidense, lo que genera una creciente preocupación entre los ciudadanos. Según datos oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV), la moneda nacional perdió un 10% de su valor durante el mes de enero, cerrando el mes en 58,44 bolívares por dólar.
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Esta nueva devaluación se suma a la registrada a lo largo de 2024, cuando el bolívar perdió un 30,9% de su valor. La inestabilidad cambiaria ha generado una espiral inflacionaria que erosiona el poder adquisitivo de los venezolanos, especialmente de aquellos que perciben ingresos en bolívares.
El salario mínimo, que se mantiene en 130 bolívares desde marzo de 2022, equivale actualmente a solo 2,2 dólares al mes, una cifra insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una persona. A pesar de los bonos complementarios que reciben los trabajadores públicos, el poder adquisitivo sigue siendo extremadamente bajo.
Además, el bolívar ha recuperado parte del terreno que había perdido en las transacciones comerciales, de las cuales solo el 24,7 % se hicieron en monedas extranjeras -principalmente dólares- en noviembre pasado, un porcentaje muy por debajo frente al pico registrado en 2021, cuando era superior al 60 %, según la medición que hace la firma Ecoanalítica.
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La dolarización de facto de la economía venezolana ha llevado a que una gran parte de las transacciones se realicen en dólares estadounidenses. Sin embargo, la escasez de divisas y las restricciones cambiarias dificultan el acceso a dólares para la mayoría de la población.