Familiares de al menos 60 privados de libertad en la cárcel de Yare III, en el estado Miranda, denunciaron que no han recibido información sobre sus parientes desde el mes de diciembre.
Madres y esposas de los detenidos han expresado su profunda preocupación ante la falta de información oficial. Denuncian que ninguna autoridad les ha proporcionado detalles sobre el estado de salud de sus familiares.
Esta inquietud se intensifica debido a que muchos de los detenidos padecen diversas patologías, lo que hace aún más apremiante la necesidad de conocer su situación.
Traslado de detenidos
Información proporcionada a la ONG Una Ventana a la Libertad por los familiares afectados, indican que los reclusos fueron trasladados desde la Comunidad Penitenciaria de Coro, en el estado Falcón, a la cárcel de Yare III el pasado 14 de diciembre.
Los familiares señalaron que desde entonces, el contacto con los detenidos se ha interrumpido por completo, y añaden que la situación se agrava aún más por las restricciones impuestas para brindar asistencia a los detenidos.
Según las denuncias, las autoridades no permiten que les lleven comida, sábanas ni agua. Esta prohibición genera una gran angustia entre los familiares, quienes temen por las condiciones de vida y la alimentación de sus seres queridos dentro del penal.
“Tampoco les aceptan que les lleven comida a los privados de libertad; sábanas ni agua. “Para nosotros es angustiante vivir en medio de esta zozobra; sin saber si nuestros hijos se están alimentando bien y gozan de buena salud”, acotaron.