En ocasión de la celebración del Primero de Mayo de 1957, monseñor Rafael Ignacio Arias Blanco, arzobispo de Caracas y, en ese entonces, la primera autoridad Católica en Venezuela, hizo leer en todas las iglesias su Carta Pastoral, que para los historiadores y sociólogos, constituyó la primera piedra lanzada contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
El ilustre y recordado prelado hizo un análisis de la realidad sociológica de Venezuela, destacando que en veinte años desde 1936 a 1956– la población había pasado de 4 millones a más de 6 millones de habitantes; es decir, que había experimentado un aumento del 35 por ciento. Pero, observó, se había producido el desplazamiento masivo de campesinos hacia las ciudades y regiones industriales, lo que indicaba que la población rural había descendido del 65 por ciento en 1936 al 45 por ciento en 1956.
Al llegar a ese punto, monseñor Arias Blanco sostuvo que la Iglesia tiene el derecho y el deber de intervenir en los problemas sociales. Citó al respecto al Papa León XIII, quien había predicado que la cuestión social no es solamente un asunto de economía, sino un aspecto moral y religioso. Planteamiento compartido por el Papa Pío XII.
La Iglesia no sólo tiene el derecho, sino que tiene la gravísima obligación de hacer oír su voz para que todos, patronos y obreros, gobierno y pueblo, sean orientados por los principios del Evangelio en esta descomunal tarea de crear las condiciones necesarias de vida, para que todos los ciudadanos puedan disfrutar del bienestar que la Divina Providencia está regalando a la nación venezolana.
Llamó la atención sobre el interés que había tenido la máxima autoridad de la Iglesia Católica hacia Venezuela, a quien le preocupaba lo que estaba ocurriendo con los problemas sociales. Al respecto remachó que el Papa Pío XII en el lapso de cuatro años, que llevaba en sus funciones, se había dirigido tres veces a Venezuela y en dos de ellas había hecho hincapié en el problema social de nuestro país.
Aunque no lo dijo, la otra vez que el santo padre se dirigió a los venezolanos fue cuando la virgen de Coromoto fue declarada patrona de nuestra nación.
Monseñor Arias Blanco, entre las cifras que mencionó sobre la economía nacional, dijo que según estudios de las Naciones Unidas, la producción per cápita de Venezuela era de 540 dólares y estábamos en ese aspecto por encima de Alemania. Holanda, Australia e Italia. Pero, advirtió, el pueblo está viviendo en condiciones que no se pueden calificar de humanas.
