El orangután, llamado científicamente Pongo, es un animal majestuoso que se distingue por su pelaje de color rojizo y sus brazos largos, que les facilitan desplazarse con destreza por las copas de los árboles, lugar en el que llevan la mayor parte de su existencia. Su cuerpo está diseñado para escalar y colgarse, debido a sus manos y pies prensiles que les permiten llevar una vida en la jungla.
Las almohadillas faciales de los machos adultos, conocidas como «mejillas», se incrementan con el envejecimiento y representan un signo de dominancia. Además, emiten largas y potentes llamadas que se pueden oír a kilómetros de distancia, empleadas para “marcar” su territorio y captar la atención de las hembras.
Se les considera uno de los animales más astutos del planeta, ya que tienen la habilidad de emplear herramientas, como hojas para beber agua o ramas para sacar insectos de huecos. También muestran comportamientos complejos, como la construcción de nidos en las copas de los árboles para descansar, los cuales reconstruyen diariamente con ramas y hojas.
Los orangutanes son solitarios en comparación con otros grandes simios como los chimpancés o los gorilas. Aunque las madres y sus crías mantienen un vínculo estrecho durante los primeros años de vida, los machos suelen vivir solos, mientras que las hembras pueden interactuar ocasionalmente con otras.
Su dieta es principalmente frugívora; se alimentan de frutas como durián, higos y mangos, aunque también incluyen hojas, flores, insectos e incluso corteza de árboles en su menú. Este papel como dispersores de semillas es fundamental para mantener la salud de los ecosistemas forestales donde habitan.
En culturas de Malasia e Indonesia, estos simios a menudo son vistos como «hombres del bosque». Según algunas leyendas locales, los orangutanes eran humanos que eligieron retirarse de la civilización para vivir en los bosques y evitar las corrupciones de la humanidad.
En ciertos cuentos, se dice que los orangutanes tienen habilidades mágicas o sobrenaturales, como la capacidad de entender el lenguaje humano o incluso transformarse en personas.