El lanzamiento del cohete Starship de SpaceX este jueves 16 de enero terminó de forma espectacular, pero no según lo planeado. Aunque el despegue inicial desde la base de SpaceX en Boca Chica, Texas, fue un éxito, el cohete sufrió una desintegración en la atmósfera aproximadamente 20 minutos después del despegue. Este evento generó un impresionante fenómeno visual que pudo ser visto en diversas regiones, incluyendo las Islas Turcas y Caicos y el Caribe oriental.
Las imágenes capturadas durante el incidente mostraron cómo los restos incandescentes del cohete se desintegraban en el cielo, un espectáculo que rápidamente se compartió en redes sociales, incluidos comentarios del propio Elon Musk. Aunque el espectáculo visual atrajo la atención de muchos, el fracaso de la misión fue un golpe para SpaceX, que había planificado un vuelo de prueba que recorrería el Golfo de México, simulando un recorrido circular similar a vuelos previos.
De acuerdo con la compañía de Musk, los seis motores del Starship aparentemente se apagaron uno por uno, lo que provocó la pérdida de contacto con la nave a los ocho minutos y medio del vuelo. El objetivo de este vuelo de prueba era desplegar 10 satélites simulados para ensayar su liberación, además de probar la nueva versión de la nave espacial mejorada. Aunque la desintegración fue un revés, SpaceX destacó que se logró recuperar exitosamente el propulsor Super Heavy en el sitio de lanzamiento.
Dan Huot, portavoz de la compañía, expresó que, aunque había sido impresionante ver el descenso del propulsor, el resultado final fue decepcionante para la nave. “Es una prueba de vuelo. Es un vehículo experimental”, comentó Huot, señalando que tomaría tiempo analizar los datos para determinar las causas del incidente.