El Gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado este miércoles 15 de enero un ataque a su sede diplomática en Oslo, Noruega, llevado a cabo por un grupo de personas que el ministro de Asuntos Exteriores venezolano, Yván Gil, ha calificado como «elementos fascistas».
Según la información proporcionada por Gil, la sede fue «invadida y vandalizada», y el Gobierno venezolano ha expresado su preocupación por la falta de medidas de seguridad por parte de las autoridades noruegas para proteger las instalaciones diplomáticas.
A través de su cuenta de Telegram, el jefe de la diplomacia venezolana afirmó que los responsables de este ataque dejaron en claro «a qué intereses responden». Además, subrayó que la inviolabilidad de las sedes diplomáticas es una responsabilidad del Estado receptor, y exigió que las autoridades de Noruega «den inmediatamente con los responsables de estos atentados».
Gil condenó el acto de violencia y añadió que el mundo entero está tomando nota de los agresores, a quienes calificó de «desquiciados fascistas, capaces de arremeter contra los intereses del pueblo venezolano». El ataque se produce en un contexto de tensiones diplomáticas, a raíz de la reciente investidura de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela el pasado 10 de enero.
Este ataque en Oslo se suma a una serie de incidentes ocurridos en las últimas semanas, como el asalto a la sede diplomática venezolana en Lisboa, donde los agresores lanzaron bombas incendiarias, y un ataque similar en el consulado de Vigo, España. Estos actos han generado una creciente preocupación en las autoridades venezolanas, que exigen que se tomen acciones inmediatas para garantizar la protección de sus sedes diplomáticas en el extranjero.