El Día del Maestro en Venezuela se conmemora este 15 de enero una vez más sin salarios justos ni condiciones laborales dignas. En los últimos años, los docentes han alternado sus lápices y pizarras por carteles para denunciar la vulneración a sus derechos laborales, mientras realizan actividades extras para poder subsistir económicamente en medio del contexto sociopolítico que atraviesa el país.
De acuerdo con el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes, “más de la mitad de los maestros en el país están por debajo de la línea de pobreza”. Los docentes siguen devengando el salario más bajo de América Latina, situación que ha llevado a una crisis educativa sin precedentes.
Ante este escenario, Shirlys Ascanio, maestra de preescolar de una escuela en el estado Guárico, aseguró que los maestros “no tienen nada que celebrar hasta que su profesión vuelva a ser valorada”, mientras que para la educadora, *María, este día es un recordatorio de que sus derechos “deben ser dignificados”.
Ascanio, quien ha ejercido la docencia por 14 años, en las mañanas se dedica a impartir clases, y en las tardes invierte su tiempo libre en vender helados desde su casa, ya que su salario como profesional de la docencia no le permite mejorar su calidad de vida.
Por su parte, *María agregó que la calidad de vida de los docentes “ya no es igual”, y que “no podemos tener unas vacaciones como la teníamos antes porque el poder adquisitivo ya no da. Nos hemos reinventado muchas cosas para salir adelante. Tenemos que lidiar con el desánimo de muchos compañeros”.
Salario insuficiente
La situación de Shirlys y *María es similar a la de cientos de venezolanos, pues un docente en el país necesita 26 veces su salario para alimentar a su familia, de acuerdo con la ONG Caleidoscopio Humano.
De acuerdo con FundaRedes, el salario promedio de los docentes es de apenas 7,34 dólares, que se considera insuficiente para cubrir el gasto de la canasta alimentaria, calculada en agosto de 2024 por Cendas – FVM en 107,8 dólares por persona.
Por su parte, el docente Arcángel Garban, doctor en Ciencias de la Educación, opinó que “ha sido fuerte el aspecto económico para la labor que se realiza en estos tiempos”.
“Los maestros hemos sido maltratados con el salario que devengamos, sin embargo debemos de continuar formando a los niños, niñas y adolescente de este país con la mayor vocación”, acota.
“No alcanza ni para comprar un marcador”
*Gladys, quien hasta julio desempeñó el cargo de asesor pedagógico porque fue obligada a firmar su jubilación por sus preferencias políticas, consideró que el salario actual “no alcanza ni para comprar un marcador”, mientras que, en paralelo, al docente se le exige que debe brindar un ambiente agradable para que los estudiantes se sientan a gusto: “Es un poco costoso ambientar el aula”.
La docente narró que en ocasiones se vio en la necesidad de trabajar con materiales reciclados. “Para mí fue un poco impactante porque en realidad no estaba acostumbrada a eso, ni mucho menos a pedir aportes económicos a los representantes para comprar marcadores y otras cosas que se requerían en el aula”.
En cuanto a la calidad de vida de los profesionales, lamentó que tampoco cuentan con los recursos económicos para gastos médicos. “Los maestros nos enfermamos y no tenemos ni siquiera un seguro médico para que nos atiendan en una clínica”, detalló.
Fuga de talento por causas políticas
Para la ONG Calidoscopio Humano la situación “lamentable” del gremio docente va más allá de la sistemática precarización del salario.
“Los docentes deben lidiar con situaciones de maltrato y chantaje por parte de los supervisores, quienes han politizado del gremio, llegando incluso a generar ausentismo en las aulas, por obligarlos a asistir a eventos convocados por el gobierno”, denunció la ONG en una publicación compartida en X el 5 de octubre de 2024.
Por su parte, la ONG FundaRedes emitió un informe sobre la crisis educativa en Venezuela, basado en los resultados de la Consulta Pública Educativa 2023-2024, el cual registró que había una deserción del 72 % entre los docentes, mientras que la matrícula escolar había disminuido en un 46 %.
Pese a las promesas de la administración de Nicolás Maduro de ayudar a los docentes para que no abandonen las aulas, existen situaciones irregulares a causa de razones políticas que dejan vacantes y escritorios vacíos.
*Gladys, quien usó este nombre por seguridad, ejerció la docencia por 16 años en el estado Guárico. Sin embargo, desde hace seis meses se vio obligada a solicitar la jubilación días después de las elecciones presidenciales del 28 de julio, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Nicolás Maduro ganador sin presentar actas que lo respaldaran.
En Venezuela, para optar a la jubilación, un docente debe tener un mínimo de 25 años de antigüedad en el servicio público educativo.
“Me vi obligada a pedir la jubilación porque así me lo solicitó el director de la escuela para la cual trabajaba a través de un mensaje luego de las elecciones, porque yo supuestamente soy una líder de oposición en el municipio en el cuál hábito”, relató *Gladys.
La docente expresó que al momento de recibir el mensaje sintió que “no valía la pena” tanto esfuerzo y entrega a una institución “en donde no se valora tu trabajo ni mucho menos importa tu preparación académica”.
“A las personas que tienen en los cargos de supervisores, coordinadores y directores en las instituciones públicas les importa solamente es el tinte político que se tenga”, manifestó, al tiempo que lamentó la profunda crisis que atraviesa la educación a nivel nacional.
“Han desplazado a excelentes docentes para ingresar a personas que no tienen ni el más mínimo conocimiento de lo que es ejercer esta hermosa profesión”, insistió con preocupación.
Sobre esta premisa, *María añadió que actualmente en varias instituciones públicas del país quienes ejercen los cargos de directivos “son solo personas adeptas al oficialismo, y no por mérito”.
Para poder cubrir sus necesidades básicas y las de su familia, la educadora jubilada comentó que realiza actividades comerciales, y en simultáneo, ayuda a su esposo a transcribir documentos.
Derecho a la inamovilidad laboral, otro de los vulnerados
El pasado 7 de enero, los presidentes de las Federaciones del Magisterio Venezolano denunciaron a través de un documento, publicado en X (antiguo Twitter), la “grave violación al derecho a la inamovilidad laboral que están sufriendo los trabajadores del sector educativo” dependientes del Ministerio de Educación.
Aseguraron que, pese a la existencia de un decreto presidencial que garantiza dicho derecho, las autoridades del ministerio, “están llevando a cabo prácticas como suspensiones, sanciones y desconocimiento de derechos, sin justificación alguna”.
En la misiva también denuncian que estas acciones vulneran los derechos laborales que atentan contra la estabilidad laboral de miles de trabajadores.
Asimismo, exigieron al Ministerio del Trabajo intervenir para garantizar el cumplimiento estricto del decreto de inamovilidad, poner fin a las prácticas arbitrarias y discriminatorias en contra de los trabajadores del sector educativo, así como ordenar la reincorporación inmediata de los trabajadores afectados y el pago de todas las remuneraciones caídas.
Además, los presidentes de la federación solicitaron que se agilice el proceso de incorporación de los trabajadores y trabajadoras obreros, administrativos y docentes que aún no han sido incluidos en los beneficios establecidos en la convención colectiva, incluyendo el pago de las quincenas retenidas y los pagos del aguinaldo pendientes.
Condiciones precarias
El capítulo V de la LOTTT plantea las Condiciones Dignas de Trabajo, y específicamente el artículo 156 señala que el trabajo se debe llevar a cabo “en condiciones dignas y seguras, que permitan a los trabajadores y trabajadoras el desarrollo de sus potencialidades, capacidad creativa y pleno respeto a sus derechos humanos, garantizando”.
En términos de infraestructura, la falta de inversión en el sector educativo ha impactado negativamente en las escuelas públicas del país. El más reciente informe de FundaRedes registra que el 54% de las escuelas presenta condiciones físicas precarias. Solo el 31% de los baños y el 28% de las aulas están en condiciones funcionales, lo que pone en riesgo la salud y seguridad de los estudiantes y docentes.
“Los niños son el principal motor para seguir adelante”
La pasión y resiliencia por trabajar con sus estudiantes de edad escolar es el motivo principal por el que los docentes no abandonan su profesión. “La motivación son los niños, esos niños que tienen la necesidad de ser educados y que no tienen la culpa de la situación que nos tocó vivir”, expresó *Gladys.
Para la docente Shirlys Ascanio, el impulso para continuar ejerciendo la profesión, que a su juicio, debería ser “la mejor pagada” por ser “formadores de profesionales”: “es el amor a los niños” y la esperanza de que, en algún momento, “todo va a cambiar y vamos a ser reivindicados”.
“Es gratificante salir a la calle y que los niños te abracen y digan ‘esa es o fue mi maestra’”, expresa.
Mientras que el profesor Arcángel Garban, compartió que ser maestro es una vocación de servicio: “Ejercemos esta profesión con el convencimiento y pasión todos los días, no solo para transmitir conocimientos a los estudiantes, sino también para enseñar a construirlos”.
Durante la última década, la violación a los derechos humanos laborales de los docentes han sido denunciadas por diversas ONG, que han amplificado la lucha, ante los organismos nacionales e internacionales exigiendo aumento salarial e inversión en la infraestructura educativa.
*Algunos nombres fueron cambiados a petición de los entrevistados para resguardar su seguridad
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