El gobierno de Nicolás Maduro denunció este lunes una serie de ataques coordinados contra las sedes de sus consulados generales en diversas ciudades del mundo, incluidos Lisboa (Portugal), Frankfurt (Alemania), Medellín (Colombia), Vigo (España) y San José (Costa Rica).
El canciller Yván Gil responsabilizó de los hechos a lo que denominó «comanditos del fascismo», un término con el que aludió a los grupos de apoyo a la campaña de Edmundo González Urrutia, aunque no presentó pruebas directas que vincularan a estos grupos con los ataques.
A través de un mensaje en su canal de Telegram, Gil denunció que estos «extremistas» están llevando a cabo acciones contra las sedes diplomáticas de Venezuela con el mismo «odio» que, según él, pretenden hacerle llegar a la «amante patria bolivariana». El ministro exigió a las autoridades de los países afectados que aceleren las investigaciones y garanticen la seguridad de las instalaciones diplomáticas venezolanas, en cumplimiento de lo establecido por la Convención de Viena.
Entre los actos de vandalismo denunciados por el gobierno venezolano se encuentran pintadas en varias fachadas de los consulados y el uso de una imagen de González Urrutia con una banda presidencial, sugiriendo apoyo a su candidatura. En particular, Gil mencionó un ataque con «bombas incendiarias» contra el consulado en Lisboa el sábado pasado, pero agradeció la «rápida intervención» de las autoridades portuguesas.
El conflicto se intensifica después de que Nicolás Maduro asumiera su tercer mandato como presidente de Venezuela el viernes, tras su reelección en unas elecciones que la oposición y varios actores internacionales consideran ilegítimas. El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, bajo control del chavismo, aún no ha publicado los resultados desglosados, lo que aumenta las tensiones sobre la legitimidad de los comicios.
Por su parte, la coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) ha acusado a Maduro de perpetrar un «golpe de Estado», asegurando que González Urrutia fue el verdadero ganador de las elecciones, basándose en un supuesto 85% de las actas electorales recopiladas por sus miembros.