La Divina Pastora de Barquisimeto ya está lista para su Visita 167 a la capital larense, luciendo un nuevo y hermoso vestido que ha sido ofrendado por los Misioneros Redentoristas en el marco del centenario de la llegada de su congregación a Venezuela. La Arquidiócesis de Barquisimeto compartió las imágenes oficiales de la imagen vestida con esta nueva pieza, que refleja la devoción, el compromiso y la fe del pueblo venezolano.
Este domingo 5 de enero, la Iglesia católica se prepara para vivir una de las experiencias más significativas de la festividad de la Divina Pastora: la Eucaristía de la Solemne Bajada, una vivencia de fe y devoción que abre el camino a la gran procesión del 14 de enero, día en que la Virgen recorrerá las calles de Barquisimeto, acompañada por miles de fieles.
Un vestido de fe y esperanza
A través de sus redes sociales, la Arquidiócesis de Barquisimeto destacó el profundo simbolismo que encierra el nuevo vestido de la Virgen. Con una base dorada que refleja la gloria del paraíso, el traje de la Divina Pastora simboliza la esperanza de la vida eterna y el amor infinito de Dios. La imagen de la Virgen, que este año luce un vestido de oro cálido, ha sido ofrendado por los Padres Redentoristas.
El presbítero Humberto Tirado, párroco de Santa Rosa, ha explicado que cada vestido de la Divina Pastora es una invocación a la reflexión espiritual. En esta ocasión, el diseño de la prenda invita a los fieles a recordar su bautismo y a renovar su fe. «Cada vez que contemples el nuevo vestido de la Divina Pastora, contemplas también tu alma», dijo el sacerdote, invitando a todos a cuestionarse sobre su vida espiritual: “¿Cómo está mi alma? ¿Cómo está vestida?”
Un llamado a la renovación espiritual
El padre Tirado también destacó que el vestido es una invitación a revestirse de Cristo. Con el oro dorado, los lirios de San José y los detalles de cristales Swarovski, el traje expresa la pureza, la espiritualidad y la luz que guían a los creyentes hacia la salvación. La pechera, con la estrella de la mañana y el diamante del cielo, hace un llamado a seguir la luz divina que ilumina el camino hacia la redención.
La túnica del Niño Jesús, en color rojo rubí, simboliza el amor infinito de Dios hacia la humanidad, mientras que el azul de la prenda evoca la santidad y la fidelidad. Cada detalle del vestido ha sido cuidadosamente seleccionado para transmitir un mensaje de esperanza, fe y renovación espiritual, y para invitar a los devotos a acercarse más a Dios a través de María Santísima.
Preparación para la gran procesión
La Solemne Bajada de la Virgen, que se celebra este domingo 5 de enero, es solo el inicio de las festividades que culminarán con la procesión del 14 de enero, una de las manifestaciones de fe más importantes del país. La Arquidiócesis de Barquisimeto ha convocado a todos los fieles para vivir este momento con devoción, reflexión y el deseo de renovar su compromiso con Dios, siguiendo el ejemplo de la Divina Pastora.