Entre la rica diversidad de advocaciones marianas, la Divina Pastora destaca por su singularidad. Su historia, tejida con hilos de leyenda y milagro, nos transporta a un mundo de fe y devoción. La sagrada imagen de la Virgen, con su sombrero y báculo, es un faro de esperanza para quienes buscan consuelo en su maternal mirada. Su vestimenta, sencilla pero llena de simbolismo, refleja la humildad y la cercanía de María con su pueblo.
Un misterio tallado en madera
No se han encontrado documentos que evidencien la compra de la imagen de la Divina Pastora. La única pista sobre su existencia proviene de un inventario del archivo arquidiocesano de Caracas, que registra una visita pastoral del padre Carlos Herrera a la parroquia Santa Rosa en 1746. Algunas investigaciones sugieren que pudo haber sido obra de tallistas capuchinos en Sevilla, España, entre 1715 y 1724, un período en el que la devoción mariana estaba en auge. Esta hipótesis se basa en la influencia de los capuchinos en la región y en las conexiones comerciales entre Venezuela y España en esa época.
Desmitificando un mito
La devoción a la Divina Pastora en Santa Rosa del Cerrito es innegable, pero la historia detrás de su llegada está envuelta en mitos y leyendas. A pesar de la creencia popular de una confusión en la entrega de imágenes en 1740, investigaciones recientes sugieren que esta versión carece de sustento documental. Algunos sacerdotes destacan la importancia de separar la fe de la historia, y advierten sobre la tendencia a atribuir a las imágenes religiosas poderes sobrenaturales que exceden su valor simbólico.
Alta costura para la Santísima Virgen
La Divina Pastora, una de las devociones más arraigadas en Venezuela, no sólo conmueve a sus fieles con su imagen, sino también con la exquisitez de sus atuendos. Cada año, antes de su procesión el 14 de enero, la expectativa crece ante la revelación del vestido que lucirá la Virgen. La elaboración de esta pieza única es un trabajo minucioso que recae en un grupo de apostolados. La elección de las telas es crucial, y no es raro encontrar materiales de alta calidad importados, como encajes franceses o suizos y rasos italianos o españoles.
Un manto de oro y piedras preciosas
El atuendo de la Divina Pastora es una verdadera obra de arte. El sombrero, una pieza emblemática desde 1919, es de plata y proviene de Perú. Sobre él reposa una diadema brasileña, confeccionada con piedras preciosas, oro de 24 quilates y una cruz de perlas, recibida en su coronación canónica. El báculo, símbolo de su autoridad pastoral, cambia con regularidad, y como si fuera poco, la Virgen lleva colgado un lujoso rosario de oro, compuesto por 150 rosas de oro, que incluye un topacio bendecido por el papa Benedicto XVI.
Fe en la pantalla
En 1928, la fe se hizo presente en la pantalla grande venezolana con el estreno de «Los milagros de la Divina Pastora«. Dirigida por Amabilis Cordero y basada en la obra de Nectario María, esta película representó un intento por llevar a la gran pantalla una de las manifestaciones religiosas más importantes de Venezuela. Filmada en Barquisimeto y proyectada por primera vez en el Teatro Bolívar, la cinta narra de manera emotiva y dramática la historia de la Divina Pastora, desde la llegada de su imagen hasta las procesiones que se celebran en su honor.
