En una tarde llena de fervor y devoción, la Divina Pastora descendió de su altar para encontrarse con su pueblo.
Miles de fieles se congregaron en las adyacencias de la plaza de Santa Rosa para presenciar este emotivo acto, que marca el inicio de las celebraciones en honor a la patrona de los larenses.Este año, la sagrada imagen de la Virgen recorrió un trayecto especial, acercándose aún más a sus devotos.
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Vestida con un majestuoso traje confeccionado por los Misioneros Redentoristas para celebrar su centenario en Venezuela, la Divina Pastora irradiaba una belleza única que conmovíó a todos los presentes.Entre lágrimas de emoción y cánticos de alabanza, los fieles expresaron su agradecimiento a la Virgen María por su protección y su intercesión.
Con el corazón lleno de esperanza, elevaron plegarias por la salud, la paz y el bienestar de Venezuela, así como por aquellos que se encuentran lejos de su tierra.La bajada de la Divina Pastora es mucho más que una simple ceremonia religiosa. Es una manifestación de fe, un símbolo de unidad y un llamado a la esperanza.
En estos tiempos difíciles, los larenses encuentran en su patrona un refugio espiritual y una fuente de fortaleza.Los devotos se preparan para vivir intensamente los días que preceden a la gran procesión del 14 de enero.
La fe en la Divina Pastora los impulsa a seguir adelante, confiando en que sus súplicas serán escuchadas y sus corazones colmados de bendiciones.
