En un mensaje claro y contundente, el Papa Francisco rechazó este sábado el acoso escolar durante una audiencia con varias asociaciones italianas de maestros, educadores y padres católicos. En su discurso, el pontífice hizo un llamado a erradicar el bullying en las aulas y destacó la importancia de cultivar una cultura de paz y solidaridad entre las generaciones más jóvenes.
El Papa instó a los educadores a trabajar en la formación de los estudiantes para que sean capaces de afrontar los grandes retos globales que enfrenta la humanidad, como las crisis ambientales, sociales y económicas. Según Francisco, es fundamental transmitir a los niños y jóvenes una nueva cultura, basada en la responsabilidad personal y colectiva, para construir un futuro más justo y fraterno.
El Papa Francisco y su llamado a la paz escolar
El pontífice advirtió que los actos de violencia y acoso dentro de las instituciones educativas no son solo un problema individual, sino una amenaza para la paz y la convivencia social. «Si en la escuela hacéis la guerra entre vosotros, si hacéis ‘bullying’ con las chicas y chicos que tienen algún problema, esto es prepararse para la guerra, no para la paz», señaló el Papa, haciendo énfasis en que el bullying genera un ambiente tóxico que debe ser erradicado a toda costa.
Francisco, que ha sido un firme defensor de la paz y la justicia, subrayó que las escuelas deben ser un lugar donde se cultive el respeto mutuo, la solidaridad y el cuidado de los demás, no solo en el ámbito académico, sino también en la interacción social. El Papa pidió a los educadores que pongan en práctica una pedagogía basada en valores humanos profundos que permitan construir una sociedad más justa y equitativa.
La falta de educación y el derecho de los niños a estudiar
El Papa Francisco también expresó su preocupación por los niños que se ven privados del derecho a la educación. En su discurso, lamentó que haya miles de niños en el mundo que, en lugar de asistir a la escuela, se vean obligados a trabajar en condiciones de explotación o a buscar comida y objetos para vender entre los desechos. Este fenómeno, que afecta principalmente a los países más empobrecidos, fue calificado por el Papa como una grave violación de derechos humanos.
En el mismo sentido, Francisco recordó que hasta 250 millones de niños en el mundo no tienen acceso a una educación adecuada, situación que califica como una «catástrofe educativa» global. A nivel mundial, el Papa ha dedicado sus intenciones de oración para el mes de enero al derecho a la educación de los migrantes, refugiados y personas afectadas por las guerras, quienes se ven en una situación aún más vulnerable para acceder a la formación escolar.
La familia, clave en la educación
Otro punto importante que el Papa tocó fue la pedagogía cercana a Dios, en la que la familia juega un papel central. Según Francisco, la familia tiene un lugar insustituible en la educación de los niños, ya que es en el seno familiar donde los valores fundamentales como el respeto, la solidaridad y la compasión se aprenden y se cultivan.
El Papa concluyó su mensaje reiterando la importancia de la creatividad de los niños y jóvenes, quienes tienen el potencial para transformar el mundo. En su intervención, hizo un llamado a las instituciones educativas a crear espacios donde los estudiantes no solo reciban formación académica, sino también formación en valores humanos, con miras a un futuro más justo y fraterno.