El gobierno de Colombia despidió el año 2024 con un descomunal escándalo político causado por la decisión fallida del presidente Gustavo Petro de nombrar embajador en Tailandia al escritor Daniel Mendoza, autor de una polémica obra literaria que linda el estrépito por lo atrevido de sus contenidos.
El escritor es autor de una polémica obra literaria en el género de la narrativa que linda en el estrépito por lo atrevido de sus contenidos.
En sus libros Mendoza plantea crudamente los temas de la misoginia y la pedofilia por conducto de los personajes de sus novelas. Ello significa violencia contra la mujer y sexo con niños condenado por algunas culturas de visión convencional. Por esa causa lo apodan “el Matarife”.
La reacción inmediata de la opinión pública colombiana fue de rechazo y condena a esa decisión del izquierdista primer mandatario del vecino país. Incluso hubo también rechazó en el seno de su gabinete pasando por la vicepresidenta de la república, la defensora del pueblo y el canciller, entre otros.
En la historia de la literatura el caso más conocido es del francés Marques de Sade calificado de libertino sexual quien sin aspaviento alguno se aceptaba tal cual en su vida personal y obra literaria.
Por Caracol Radio, la periodistas Diana Calderón, en el noticiero del medio día criticó duramente el hecho con una pregunta ingenua pero contundente: ¿Cómo se sentirán con esta decisión las mujeres del gabinete del presidente Petro?. El ejercicio de la ciudadanía por los medios de comunicación.
Este es un tema muy sensible y delicado que toca las fibras de la decencia y moral de las personas sin los moralismos de los hipócritas.
También plantea lo relacionado con la práctica normal y anormal del sexo al igual que pornografía y erotismo con la relatividad del caso.
El sexo lo asocian a la libertad del hombre. Si bien es una fuente de placer y felicidad no menos cierto es que tiene sus límites. Por ejemplo, que alguien se desnude en la vía pública, en presencia de niños, es un hecho anormal condenable y castigado a todas luces por la Ley.
Mendoza, quien finalmente declinó al nombramiento del cargo diplomático, justifica su conducta sexual, pues ha hecho público en redes su participación en orgías, atribuyendo los hechos a la ficción presente en los personajes de sus novelas. De esa forma pretendía zafarse de la violencia en perjuicio de mujeres y niños.
Por su parte el presidente Gustavo Petro lo defendió a capa y espada aclarando que no es un Pinochet, un cura atrasado sino un emancipador de los colombianos, extensivo por supuesto a su vida sexual. En todo momento ha defendido la conducta libertina de Mendoza en expresión de poder político.
Al final se impuso el peso de la opinión pública que rechazó esta conducta del escritor Daniel Mendoza, quien renunció a la designación de Petro como embajador en Tailandia.
El caso plantea otra vez los límites entre los normal y anormal en el sexo. Lo permitido y lo no permitido en este escabroso terreno en la vida del hombre. Pero funcionó la racionalidad en cuanto al uso del sexo ante las extralimitaciones de algunos. Porque, de una u otra manera, a todos nos interesa y llama la atención el sexo.
Freddy Torrealba Z.