El Salvador cerró 2024 con una cifra mínima récord de 114 homicidios y en el mes de diciembre sólo registró un asesinato, ante lo cual el presidente Nayib Bukele aseguró que ahora es el país más seguro del hemisferio occidental.
El Ministerio Público publicó que en el año hubo 114 asesinatos en el país, un promedio diario de 0,3. Las cifras oficiales no toman en cuenta cinco presuntos pandilleros que fallecieron en supuestos enfrentamientos con la policía o las fuerzas armadas.
“El Salvador cierra el 2024 con una tasa de 1,9 homicidios por cada 100,000 habitantes, consolidándose, indiscutiblemente, como el país más seguro del hemisferio occidental, después de haber sido el país más inseguro del mundo”, publicó Bukele en la red social X.
“Además, diciembre 2024 se convierte en el mes más seguro en toda la historia de nuestro país. Si todos los meses del año hubieran sido como este último, la tasa de homicidios sería de 0.2, colocándonos en posición de competir por ser el país más seguro del mundo”, agregó el mandatario.
No todos los países de la región han publicado sus cifras de homicidios.
Después de que en tan sólo unos días de 2022 las pandillas asesinaron a 62 personas en todo El Salvador, el 27 de marzo de ese año el Congreso aprobó el estado de excepción a solicitud de Bukele, ello con el fin de combatir a las pandillas, que por más de tres décadas han aterrorizado a la nación centroamericana.
Las pandillas operaban en el 90% del territorio, donde impartían su propia justicia con la consigna de “ver, oír y callar”, recaudaban casi 2 mil millones de dólares en extorsiones y asesinaban a los que no les pagaban.
El estado de excepción suspende derechos fundamentales, incluido el de ser informado de los motivos de la detención y el de tener acceso a un abogado. Además, las fuerzas de seguridad pueden intervenir las telecomunicaciones sin orden judicial, y la detención sin audiencia se prolonga de 72 horas a 15 días.
Dentro de la estrategia de combate a las pandillas, el Congreso también aprobó reformas al Código Penal para convertir en delito el pertenecer a una banda delicitva, lo que conlleva penas de 20 a 40 años de prisión. Los cabecillas pueden recibir condenas de hasta 60 años.
Desde que entró en vigor la medida, las autoridades dicen haber capturado más de 83.000 acusados de pertenecer a las pandillas o tener vínculos con estos grupos criminales. Bukele ha dicho que 8.000 personas que eran inocentes han sido liberadas.
Sin embargo, organizaciones defensoras de los derechos humanos han registrado más de 6.000 denuncias efectuadas por víctimas bajo el régimen de excepción, y dicen haber documentado que 354 personas han muerto bajo custodia de las autoridades.
En 2015, El Salvador tuvo 6.656 asesinatos y una tasa de homicidios de 103 por cada 100.000 habitantes. Ese año fue uno de los más violentos en la historia de la nación, y el más violento desde el fin de la guerra civil.
En comparación, en 2023 el país concluyó con 214 homicidios, entre ellos 38 muertes de presuntos pandilleros en enfrentamientos con policías o militares.