La “RED DE INSTITUCIONES LARENSES” se engalana la noche del último día del año 2024 para esperar la llegada del año 2025, noche y día de inmensas contradicciones, de grandes tristezas y de grandes alegrías, en las cuales, los barquisimetanos de otrora, que abríamos las puertas de nuestra casa a amigos y familiares, no olvidamos a Don Almircar Segura, quien cada treinta y uno de diciembre faltando quince minutos para las doce de la noche, hacía brotar sublimes sentimientos acompañados de lágrimas inquietas, cuando nos hacía llegar las palabras del poeta de “POETA DEL PUEBLO,” Andrés Eloy Blanco, que escribió a su madre, desde el exilio…
“LAS UVAS DEL TIEMPO.”
Este año pido a todos que oremos, que oremos mucho por los ocho millones de hogares cuantificados como desmembrados por la falta del familiar que dejará su silla vacía en la mesa del hogar que lo cobijó. Es imperioso tener presente que la única herramienta que tenemos la gran mayoría, para fortalecer el poder Divino de Dios Todopoderoso, y pedirle que de una vez por todas solucionemos los problemas que aquejan al país y venzamos las adversidades que impiden el regreso de nuestros seres queridos…
“¡ES LA ORACIÓN!”
La celebración del Año Nuevo es una tradición milenaria en todo el mundo: la comida, los fuegos artificiales y la reflexión con los amigos y la familia son elementos comunes, pero, en última instancia, esto varía según los distintos calendarios, religiones y culturas. Si bien el calendario gregoriano (introducido por el cristianismo occidental) ha sido el protagonista en el mundo occidental, los calendarios, lunar y solar, también se reconocen en algunas celebraciones, marcando un momento para hacer balance del año transcurrido, hacer propósitos de mejora para los siguientes meses y recibir el año que viene con gratitud y buena voluntad.
Algunas de las formas de celebrar el Año Nuevo son:
El día de Año Nuevo marca el primer día del calendario gregoriano, algo con lo que estamos bastante familiarizados. Mientras que el 25 de marzo (llamado así por el dios romano de la Guerra) era el día en que tradicionalmente se celebraba el Año Nuevo, en la época romana se trasladó a enero, derivado de la palabra latina iānuārius que hacía referencia al dios Jano, deidad del inicio de todas las cosas.
El Año Nuevo se inicia con el cristianismo y se ha extendido por todo el mundo, en muchos lugares han adoptado el calendario gregoriano. Aunque es habitual hacer propósitos para los nuevos comienzos, en los últimos años la Nochevieja (noche del 31 de diciembre) ha cobrado mayor protagonismo con los fuegos artificiales y las fiestas de amigos y familiares para recibir el Año Nuevo. La plaza de Times Square, en Nueva York
(Estados Unidos), es un lugar muy popular para la gente que se desplaza para la ocasión, son más de un millón de personas. Se tiene la tradición de ingerir 12 uvas justo antes de que empiece el año nuevo, vestir ropa interior color amarillo, o dar la vuelta a la manzana con maletas pidiendo se les conceda el deseo de viajar.
El Diwali, una celebración lunar hindú, es un festival de luces de cinco días centrado en un nuevo comienzo. Las fechas cambian cada año en función del calendario hindú, y suelen caer entre mediados de octubre y mediados de noviembre, teniendo lugar en amavasya (luna nueva), la noche más oscura del calendario hindú. Las costumbres varían según el lugar donde se celebre, y se reza a varios dioses, pero el tema de la luz se mantiene en todo momento. La gente limpia y decora sus casas para dar la bienvenida a Lakshmi, la diosa de la riqueza, con entradas de arena de colores, pasta de arroz y flores. Es un momento para visitar a los vecinos y a la familia, y el Diwali se celebra rezando a Lakshmi, sentándose a comer y terminando con fuegos artificiales.
En Japón, los monjes budistas hacen sonar campanas 108 veces para limpiar los pecados. En la localidad de Nishinomiya, los visitantes ponen monedas en un enorme atún para tener prosperidad en el año venidero. En Piornal, Cáceres, se le tiran nabos a un hombre vestido de demonio mientras recorre la localidad. Aunque sus raíces no están del todo claras, la tradición simboliza la expulsión del mal. Para celebrar el Año Nuevo chino en primavera, los acróbatas de Chiang Mai, Tailandia, realizan la danza del león subidos en lo alto de un poste. Este baile trae buena suerte y espanta a los espíritus malignos. Los balineses celebran el Nyepi, el Día del Silencio hindú, con una “Batalla de Fuego”. La celebración, que tiene lugar en marzo, marca el inicio del año nuevo según el calendario balinés. Los italianos empiezan el año nuevo en enero zambulléndose en las gélidas aguas del río Tíber, en Roma.
Pido a Dios que, en el año que estrenamos, Dios en su magnificencia le conceda hacer realidad sus anhelos a todos los miembros de nuestra querida organización la “RED DE INSTITUCIONES LARENSES,” y muy especialmente a la Junta Directiva de “EL IMPULSO” y a todo su personal, con el agradecimiento eterno por el apoyo que nos han dado y sin el cual creo que no hubiésemos podido subsistir.
Nuestros mejores votos porque la paz, la armonía y la bienaventuranza reine en el seno de todas las familias venezolanas y que, Dios Omnipotente, su hijo nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo llene a los hogares con la fortaleza necesaria para soportar los avatares que el destino nos repare…
Toda la fe del mundo para desearles…
¡FELIZ AÑO NUEVO!
Maximiliano Pérez Apóstol