La aviación comercial ha experimentado un duro golpe en 2024, registrando el año con mayor número de víctimas fatales desde 2018. Dos devastadores accidentes, uno en Corea del Sur y otro en Kazajistán, han ensombrecido un sector que había presenciado récords de seguridad en años anteriores.
Un avión de pasajeros se incendió este domingo tras salirse de la pista en un aeropuerto surcoreano y chocar contra un muro de concreto luego de que su tren de aterrizaje delantero aparentemente no se desplegó: 179 de las 181 personas a bordo murieron en el desastre aéreo, uno de los peores en la historia del país.
Según datos de Cirium, los recientes incidentes han elevado el número de fallecidos en vuelos comerciales a 318, una cifra que contrasta con el año 2023, considerado el más seguro de la historia.
Los expertos señalan que los accidentes, ocurridos durante la fase de aterrizaje, podrían estar relacionados con factores como condiciones climáticas adversas, errores humanos o fallas mecánicas. Las investigaciones aún están en curso para determinar las causas exactas de ambos siniestros.
Este repunte en el número de víctimas ha generado preocupación en la industria y ha llevado a las autoridades a intensificar las medidas de seguridad y a realizar inspecciones exhaustivas en las aeronaves.
La aviación comercial, a pesar de este revés, sigue siendo uno de los medios de transporte más seguros del mundo. Sin embargo, estos trágicos sucesos sirven como un recordatorio de la importancia de la seguridad y la necesidad de continuar mejorando los protocolos y las tecnologías para prevenir futuros accidentes.