En Marte también se celebra el Año Nuevo, mientras en la tierra todos se preparan para despedir el año en el tiempo terrestre, el vecino planeta rojo, Marte, inició su año número 38. El conteo de los «años» de marte está a cargo una convención para contar los años en el calendario marciano comenzó en 1955, y el primer año coincidió con una gran tormenta llamada «la gran tormenta de polvo de 1956».
El pasado 12 de noviembre, exactamente a las 09.32 UTC en la Tierra, el Planeta Rojo inició una nueva órbita alrededor de nuestro Sol, marcando así el inicio de un nuevo ciclo en este universo. A pesar de estar próximos a la Tierra, Marte tiene ciertas diferencias que ayudan a entender la composición de los planetas.
Aunque comparte algunos elementos en común, como las estaciones, un año en Marte es muy diferente al año al que está habituado el planeta. Mientras que en la Tierra un año dura 365 días, en Marte la duración se extiende a casi el doble, significa que un año marciano equivale a 687 días terrestres. Además, los días en Marte también son un poco más largos que los nuestros. Un día marciano, llamado «sol», dura 24 horas y 39 minutos.
Estaciones extremas y tormentas de polvo
Las estaciones en Marte son bastante extremas. Los inviernos son muy fríos, con temperaturas que pueden llegar a los -110°C, mientras que los veranos pueden ser bastante cálidos, especialmente en el ecuador. Además, Marte experimenta frecuentes tormentas de polvo que pueden cubrir todo el planeta y durar meses.
La segunda mitad del año marciano suele estar marcada por feroces tormentas de polvo que, a veces, pueden llegar a afectar a todo el planeta. A medida que Marte se acerca al sol, la atmósfera se calienta, lo que hace que los vientos levanten partículas muy finas del suelo marrones. Una vez en el aire, estas partículas marrones se calientan y redistribuyen parte de ese calor a la atmósfera circundante. Este proceso puede bombear rápidamente una gran cantidad de polvo.
Un fenómeno meteorológico recurrente es la Nube Alargada del Mons Arsia, una nube de cristales de hielo que puede alcanzar hasta 1.800 kilómetros de longitud.
Celebrar el Año Nuevo Marciano pone en contexto a la humanidad sobre los logros de la exploración espacial y los avances científicos que se han logrado en la historia. Cada vez se avanza en las investigaciones que involucran saber más sobre el vecino rojo. Además, estas celebraciones promueven el sentimiento de mantener viva la llama de la curiosidad y la exploración.
