La Iglesia Católica está comprometida con los más desfavorecidos, afirma el padre Oswaldo Méndez, Vicario General de la Arquidiócesis de Barquisimeto, quien al ser entrevistado por El Impulso, expresó la preocupación que siente esa institución por problemas tan graves como la pobreza, la aparición de las familias transnacionales, el divorcio, el feminicidio, el embarazo de las adolescentes, la deserción escolar, las drogas, la carencia de principios y valores, y, por supuesto, la corrupción.
Este respetado sacerdote, quien además es profesor del Seminario Divina Pastora y presbítero de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, cuando se le pregunta acerca de la enorme responsabilidad que tiene en estos momentos la Iglesia Católica en Venezuela de ser considerada, según encuestas y sondeos de opinión, como la primera institución con mayor confianza y autoridad del país, expone:
La Iglesia Católica está siempre entre las primeras instituciones que reflejan confianza gracias a su credibilidad, la cual se ha mantenido sostenida por sus acciones pastorales en medio de la gente y a través de actividades sociales.
En este sentido, ha cumplido una extraordinaria y silenciosa labor en los lugares más necesitados la institución de nuestra Iglesia, Cáritas de Venezuela.
Además, la Iglesia anda buscando siempre estar comprometida con los más desfavorecidos y ha emprendido campañas sociales para continuar asistiendo a los que más sufren por esta crítica situación.
Y se ha mantenido siempre como esa luz imperturbable en medio en medio de la oscuridad, con esos sacerdote, con esos pastores, con esos obispos, quienes siempre están ahí donde se necesitan: en medio de los de los barrios, de los pueblos, de las ciudades Siempre dando un mensaje y una acción de esperanza.
Divorcios y formación de familias
Padre, estos son días de la familia porque se celebra la Navidad, que se prolonga hasta la fiesta de los reyes. Sin embargo, hay una situación grave en la familia venezolana, sobre todo porque se registran 76.000 divorcios al año en nuestro país. Y para colmo de males, se están conociendo 170 feminicidios también anualmente. ¿Qué está haciendo la iglesia para formar buenos hogares?
En el país es una realidad que no podemos ocultar ciertamente e incluso el Papa Francisco ha insistido en la necesidad de mantener la familia como institución. Ciertamente hay situaciones muy dolorosas como son las separaciones de parejas, las cuales afectan tanto a los cónyuges como también a los niños.
Y también la violencia doméstica es una realidad de las que no escapa Venezuela. Pudiéramos decir que producto de esta situación en la que vivimos son los feminicidios, pues se ven con mucha frecuencia Lamentablemente son más juntables las mujeres y los niños de esta realidad. Consciente de estos problemas, la Iglesia ha venido desarrollando programas destinados a fortalecer la vida de la familia. Existen programas dentro de la Pastoral Familiar como son la Preparación al Matrimonio, la Escuela de Padres, el Centro de Apoyo a la Familia, para atender esas realidades que están ahí. Desde las parroquias, desde las comunidades, desde la misma sociedad, se busca darle una respuesta a estas situaciones de violencia, de división, de divorcio, que no es fácil; pero son esos granitos de arena, que estamos nosotros construyendo en nuestras comunidades, en nuestras parroquias. Esto que hacemos con mucha voluntad, decisión y esfuerzo no sale en la prensa, ni se le da publicidad; pero es un trabajo que sostenidamente va realizando la iglesia a través de la Pastoral Familiar, como una respuesta a esta sociedad en la que estamos viviendo.
Embarazos no deseados
¿Cómo ve entre los problemas de familia el de madres de 15 a 19 años con los embarazos no deseados?
Vemos con mucho dolor esta situación del embarazo de adolescentes, que pareciera haber disminuido; pero, ciertamente preocupa y es algo que muchas veces se escapa de las manos. Al mismo tiempo Se ha elevado mucho la realidad de la prostitución infantil. Es necesario enfrentarlo contundentemente sobre todo porque las niñas son las más vulnerables en medio de esto. Y directamente los abortos se registran con mucha frecuencia en estas adolescentes. Los gobiernos y las instituciones deben estar alerta. a fin de que esto no siga sucediendo.
Hay que decirlo claramente. Es una realidad que afecta tanto en lo social como en lo económico y lamentablemente no pareciera tener solución; pero siempre, como dice el Papa Francisco, hay que mirar el futuro con alegría.
¿En estos momentos?
Sí. La Navidad es precisamente eso. Para nosotros es un nuevo comenzar, un nuevo pensar, una nueva manera de ver la vida y cada año se renueva esa esperanza y esa mirada de tal forma que estas cosas puedan cambiar.
Familias transnacionales
¿Qué piensa usted de lo que está ocurriendo con la familia transnacionales, de las cuales se han alejado algunos de sus miembros hacia otros países?
Lamentable. Ahorita estamos viviendo esta situación sobre la cual yo creo que no hay ninguna familia venezolana que no tenga a alguien en el extranjero. Creo que todos nosotros vivimos y pasamos por cierto momento triste y difícil. Hay innumerables familias viviendo esa realidad y muchas veces los padres están afuera y quienes están criando a los hijos son los abuelos u otros parientes. Lo más preocupante es que niños y jóvenes que han quedado al cuidado de quienes no son sus padres ya no crecerán con los valores que predominaban antes. Es por ello que esperamos que esa situación cambie y que volvamos otra vez a retomar esa unión familiar, esa manera de vivir en familia y no haya nunca más niños abandonados.
Deserción escolar
¿Qué opina de lo que denuncia el Colegio de Profesores de Venezuela que en este momento existan dos millones 800,000 niños desertores de las escuelas?
Esto se puede tomar como un fracaso a nivel a nivel político, a nivel gubernamental, a nivel de la sociedad. Este problema junto al proceso educativo no tiene sentido. Incluso la misma educación pública está muy deteriorada. Las escuelas públicas dan dos o tres veces clases a la semana. No hay calidad educativa. Cada día los niños están siendo una gran víctima de esta situación. Es también una realidad muy grande y grave. Nosotros en nuestras parroquias vemos jóvenes que tienen que trabajar y estudiar, porque sus padres no los pueden mantener. Les dicen a sus hijos: O estudias o trabajas o para poder estudiar tienes que pagarte los estudios. Entonces se presenta esa realidad tan dolorosa que es la deserción escolar, tan fuerte. Considero que este es un reto, que debe plantearse, que la Iglesia vive con mucha preocupación, al gobierno o a la sociedad. Es muy triste que nuestros niños y nuestros jóvenes estén mirando el futuro, no con esperanza sino con incertidumbre.
El flagelo de las drogas
Como párroco, ¿Qué siente al ver a Venezuela como base de operaciones del narcotráfico?
Es un problema fuerte. Ciertamente Venezuela no es productor, pero es un puente para el comercio de las drogas. Lamentablemente eso está ahí. Es cuestión de mirar y estar al tanto de la manera o forma de buscar cómo eliminar esto o cómo luchar contra este flagelo. Es un flagelo muy grande. Todos los países se abocan a buscar combatir el tráfico; pero no es fácil y nosotros lo palpamos y vemos que las drogas se venden y consumen en nuestras comunidades, especialmente en barrios, donde es muy grande la pobreza.
Nada es imposible
Estudios y sondeos de opinión hechos por especialistas indican que, aunque la mayoría de la población tiene esperanzas de que haya un cambio en sus vidas, existe miedo colectivo y el 20 por ciento de los venezolanos vive con angustia y depresión. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Sí es preocupante que haya miedo en la gente. Uno se abruma cuando estas realidades no existen en otros países porque tienen unos niveles de vida distintos a los de nuestros trabajadores. El salario mínimo en Venezuela es demasiado precario. Colombia acaba de aumentar el salario mínimo para llevarlo a 300 dólares y en Argentina casi llega a los 300 dólares. Nosotros eso lo vemos con cierta nostalgia y tristeza. Esta es una realidad que debemos afrontar pero sin desanimarnos. Cada día setiene que alimentar mucho la esperanza y podamos nosotros arriesgar el miedo, alzar la voz contra el mal, contra las injusticias, que se cometen especialmente contra los más pobres. El Papa Francisco nos invita a que nosotros siempre estemos mirando con una situación de de gozo y de que las cosas pueden cambiar. Yo recuerdo mucho esa frase del Papa cuando hablaba sobre la Anunciación: Podemos sentir y podemos palpar que las cosas pueden cambiar y que las cosas pueden ser mejor y que nada es imposible si nosotros ponemos nuestra confianza en Dios.
Corrupción y falta de principios
Por último, padre, ¿cuál es su punto acerca de la corrupción y la falta de principios como la honestidad, la justicia, el respeto a los demás y desechar la mentira y el engaño?
Son temas que se deben tratar, comentarlos y hablarlos. La corrupción se ve como algo normal porque muchas veces la gente se asombra cuando alguien es honesto cuando lo que nos debería asombrar es que alguien sea corrupto. Este sistema en que vivimos prevalece ser muy avispado. Y es necesario volver otra vez a rescatar los principios y valores que por tradición y buenas costumbres fueron enseñados de nuestros abuelos a nuestros padres, y así por generaciones. Debemos tener claro que esos principios y valores empiezan desde la familia: la responsabilidad, el compromiso, la verdad, la honestidad y todo lo que nos permita tener buenos ciudadanos. Desde allí se van forjando esos valores maravillosos en nuestra sociedad. Venezuela está enferma. Las estructuras del gobierno y en todos los ámbitos se ha impuesto la corrupción, lo que es muy grave y, por tanto, hay que erradicar ese mal.