La piña, cultivada en las fértiles tierras del estado Lara, ha logrado llegar a la exportación internacional con el mercado de Barbados, abriendo así una prometedora ventana de oportunidades para los productores nacionales y fortaleciendo los lazos comerciales entre ambos países. Esto representaría un nuevo capítulo que se está escribiendo en la historia de las exportaciones venezolanas.
La Alcaldía de Iribarren, en un esfuerzo por impulsar la economía local y diversificar la oferta exportable, ha sido la principal impulsora de esta iniciativa. Con el apoyo del alcalde de Iribarren Luis Jonás Reyes y a la articulación con el Gobierno de Barbados, los primeros 100 kilos de piña larense ya se encuentran en tierras caribeñas, satisfaciendo un pedido formal del Ministerio de Agricultura de Barbados.
Esta conquista representa un hito significativo para los productores de las localidades de Bobare, Tamaca y El Cují, quienes han demostrado la alta calidad y el potencial de su producción. La piña larense, con su sabor dulce y jugoso, ha tocado el paladar de los consumidores barbadenses, abriendo la puerta a futuras exportaciones y consolidando la posición de Venezuela como un proveedor confiable de productos agrícolas en la región.
Colaboración entre diplomacia y comercio
La exportación de piña a Barbados es el resultado del trabajo de diplomacia comercial del Gobierno venezolano. Con la labor de la ministra consejera encargada de negocios de Venezuela en Barbados, Martha Ortega Peraza, se logró establecer un puente de comunicación entre ambos países, facilitando así la concreción de este acuerdo comercial.
Durante la visita de una comisión de la Alcaldía de Iribarren a Barbados, encabezada por Fidel Oropeza, presidente de la empresa pública Abastecer, se sostuvieron importantes reuniones con representantes del Gobierno barbadense y del sector privado. En estas reuniones, se presentaron las bondades de otros productos venezolanos como el sisal, el café y el frijol.
Retomar el campo productivo regional
Esta iniciativa no solo representa una oportunidad para los productores de piña, sino que también tiene un impacto positivo en la economía local y en la generación de empleo. Además, apoya la imagen de Venezuela como un país productor de alimentos de alta calidad y contribuye a la diversificación de la economía, reduciendo la dependencia de las importaciones. Esta experiencia abre un camino prometedor para la exportación de otros productos venezolanos y consolida la posición de Venezuela como un socio comercial confiable en la región.