Miles de fieles se congregaron en la ciudad de Cabimas para celebrar los 500 años del nacimiento de San Benito de Palermo, el primer santo negro canonizado por la Iglesia Católica. La festividad, que se extendió a lo largo de 12 kilómetros, estuvo marcada por la música, la danza y una profunda devoción por personas que viajaron de diversas partes.
La jornada inició con una solemne misa en la Iglesia Nuestra Señora del Rosario Catedral, oficiada por Monseñor Ángel Caraballo, obispo de la Diócesis de Cabimas. Posteriormente, la imagen del santo negro fue sacada en procesión, acompañada por el ritmo contagioso de los tambores y los cantos tradicionales de los chimbangueles.
Durante el recorrido, los devotos rindieron homenaje a San Benito, cumpliendo promesas y llevando ofrendas como rosarios, medallas y flores. Muchos de ellos compartieron sus testimonios de fe, resaltando el impacto positivo que el santo ha tenido en sus vidas.
Un año jubilar especial
Esta celebración se enmarca dentro del Año Jubilar dedicado a San Benito, un periodo especial decretado por la Iglesia Católica para conmemorar los 500 años del nacimiento del santo. Monseñor Caraballo destacó la importancia de esta figura religiosa para la comunidad y resaltó que la devoción a San Benito trasciende fronteras, uniendo a los venezolanos en el mundo.
La festividad de San Benito no solo es un acto de fe, sino también una importante expresión cultural y social. La procesión recorrió las principales calles de Cabimas, generando un ambiente de alegría y unión entre los habitantes. Además, la celebración tuvo un impacto positivo en la economía local, gracias a la afluencia de visitantes y la activación del comercio.