El catolicismo en Carora tiene raíces profundas que se nutren de un sentimiento ancestral, hermano de la muerte, testigo de un cautiverio onanista, víctima y rehén de algún profeta que nos conjuro a tolerarnos sin entendernos. Este catolicismo caroreño ha tenido a lo largo del tiempo maravillosos tutores y ductores, algunos doctores, otros más sabios, simplemente místicos arrebatados de este mundo por el fuego de una comunión perfecta con el cielo de su fe.
El catolicismo en Carora siempre fue de contemplación y embeleso ante los enigmas religiosos, la creencia muda y prosternada frente a un Dios distante del problema social pero amigo generoso del esfuerzo cotidiano. Alguien pudiera pensar que el Dios de los caroreños se parece más bien al Dios de Lutero o el de los anglicanos y menos al Dios de las encíclicas de los Papas del Siglo XX.
Sobre la base de esta religiosidad sencilla y buena, en los términos de Carlyle, es posible que haya nacido el partido socialcristiano COPEI en Carora. Este partido era la expresión de una clase media profesional y empresarial que buscaba abrirse caminos entre las tolvaneras mundiales que produjo el enfrentamiento bélico de grandes cosmogonías políticas con una visión planetaria del problema económico,
Teodoro Herrera, Felipe Alcalde, Ignacio Herrera, Luis Montesdeoca, Eugenio Cañizalez, Efigenia de Partidas y Orlando Álvarez Perera, entre otras personas de gran moralidad ciudadana, fueron quienes levantaron las banderas verdes en el inicio de este partido en Carora. Ellos como sus correligionarios en todo el país de alguna manera representaban una Venezuela educada en los mejores colegios y con la convicción de que un gran país solamente podía construirse sobre las base de una familia cristiana y el respeto a la propiedad asociada al trabajo y la solidaridad.
Pero esta forma tranquila de asumirse copeyano en Carora es trastocada de manera radical cuando a esta ciudad arriba procedente de Acarigua un líder agrarista combativo y de verbo incendiario. Jesús Morrillo Gómez, nacido en Falcón y formado en las nuevas camadas de dirigentes copeyanos que habían asumido el Concilio Vaticano II como un compromiso de lucha social.
COPEI a nivel nacional fue penetrado por una nueva conciencia política, la iglesia latinoamericana empujaba hacia una militancia aguerrida a favor de los pobres. En Venezuela se hizo fuerte una corriente de curas obreros que hizo campamento en los barrios olvidados de nuestras grandes ciudades, mientras que los Jesuitas con todo el poder académico y la suma de inteligencia que habían acumulado dan un gran viraje en busca de los desamparados. Todo esto impacta al partido socialcristiano COPEI, el cual comienza a ocupar algunos espacios políticos dejados por Acción Democrática debido al pragmatismo que gradualmente lo fue cosificando.
A Carora llegan jóvenes dirigentes socialcristianos de distintas partes del país , como fue el caso de Jesús Morillo Gómez, pero lo auténticamente nuevo como opción ideológica estaba representada en un numeroso equipo de gente formada en la lectura de los grandes teóricos como Maritain, Monod, Claudet, Chardin y por supuesto en las encíclicas sociales de la Iglesia, desde la Rerum Novarum hasta la Pax in Terri de Paulo VI: Víctor Sánchez, Teódulo López Meléndez, Miguel Medina, Oscar Pérez Izarra, Carmen Elena Montesdeoca, Hugo Noriega, Luciano Coronado, Violeta Páez, Vicente Quevedo, Pablo Mendoza, Esperanza Lameda, Gabriel Cabriales, Antonio Lozada, Eloy Mendoza, Humberto Oropeza, Antonio Ramos, Cecil Álvarez, Marina de Cañizalez, conforman entre decenas de inteligentes y disciplinados militantes, una legión de jóvenes que tutelados por los padres Juan Bautista Pérez Altuna y Pedro Zaspe, sientan las bases de un COPEI totalmente nuevo movido por el compromiso católico de buscar la paz en la tierra por los caminos de la justicia social. Transformación copeyana que ocurre en la década de los años 60 del siglo XX, la cual será objeto de un libro promovido por ASOCACU y el grupo reencuentro…
Todo este batallón de jóvenes inteligentes y de voluntad incansable tomaron políticamente a Carora, se fueron entretejiendo en las células orgánicas de la sociedad civil, no obstante necesitaban una gran bandera bajo la cual pudieran expresar de manera clara y rotunda su ruptura con el COPEI de recintos cerrados que el pueblo percibía como territorio exclusivo de las elites económicas locales y por ello asumen el de la promoción comunal, tesis nacida dentro del socialcristianismo alemán y que en el primer gobierno de Caldera abandera Adelita de Calvani,
Persiste en el silencio actualmente en Carora una inmensa cantidad de socialcristianos, gente buena y luchadora que anclados en el catolicismo como piedra de fe y esperanza aguarda…sencillamente aguarda…
Jorge Euclides Ramírez