Por la especificidad del momento las festividades de navidad y año nuevo tienen sus temas de conversación con su peculiar lenguaje. Ello visto que cada tiempo histórico tiene sus particularidades en lo atinente a los diversos quehaceres del hombre.
En diciembre los seres humanos hacen una pausa en la rutina cotidiana para hablar en cada encuentro festivo acompañado por la música, regalos, bebidas espirituosas y suculentos alimentos. La palabra hablada es inseparable en la vida del hombre extensivo a estas fiestas de fin de año.
Los temas varían de un país a otro según la cultura de cada uno en concordancia con su respectiva identidad nacional que lo hace universal o cosmopolita.
Una temporada con su objetividad (material) y subjetividad (mental) por sus diversos hechos que determinan los temas de las conversaciones con su lenguaje.
En este tiempo se platica en los encuentros de divertimento de una temática específica de forma espontánea sin la rigurosidad de la etiqueta social. Por lo que funciona el lenguaje oral coloquial al máximo con los temas más gratos a manera de ritual lingüístico.
Durante esta época decembrina predomina lo positivo en las pláticas de la gente por aquello de las buenas energías. Nada de pesimismo y negatividad para recargar el cuerpo o como dice el común para matricular con miras al nuevo año.
Es un tiempo del año en que se impone la filosofía existencialista de que la vida es una sola y hay que disfrutarla manifiesto en la canción de Lila Morillo que resalta la salud, dinero y amor.
En consecuencia, los tópicos abordados por lo general son los de: la felicidad, éxitos, buena salud, mejores deseos, bienestar, prosperidad en el trabajo y negocios, regalos, gastronomía con las hallacas y pan de jamón, brindis, familia, amigos, proyectos. Por sobre todo optimismo y felicidad por aquello de la máxima existencialista de que “la vida es una sola y hay que disfrutarla” en contraposición al absurdo pesimista..
Las reuniones para la celebración con amigos, vecinos, compañeros de trabajo, invitados y la familia para compartir comidas, bebidas, brindis y regalos. Rodó en un ambiente a puertas abiertas. Así ocurría en el medieval sector comercial de El Manteco con aquellas fiestas animadas por la música del tocadisco analógico.
En Venezuela las fiestas son amenizadas principalmente por la música de la orquesta Billos Caracas Boys con sus tradicionales canciones: Aguinaldo con Billo, Año nuevo vida nueva y la Casa de Fernando.
La nochebuena del 24 con la cena y el nacimiento del niño Jesús. Y el 31 la despedida del año viejo y la bienvenida al nuevo. Momento en que se registran los abrazos hasta con quien no ha tratado durante el año por las inevitables diferencias entre los seres humanos.
Entonces se escucha la proverbial expresión del venezolano con su infaltable humor criollo: ¡Matriculamos! Todo matizado por unos acostumbrados temas de conversación más su grato lenguaje.
Freddy Torrealba Z.