#OPINIÓN «Jesús quiere nacer en tu corazón»#18Dic

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«Porque tuve hambre y me disteis de comer»

Mateo 25:35.

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«Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt 25, 35-36).

En este pasaje, Jesús nos dice que cuando alimentamos al hambriento, damos de beber al sediento, acogemos al forastero, vestimos al desnudo, cuidamos al enfermo y visitamos al encarcelado, estamos sirviendo al mismo Cristo. En la rutina diaria, es fácil perderse en las preocupaciones y olvidar la importancia de servir a los demás. Sin embargo, este pasaje nos recuerda que cada acto de bondad que realizamos tiene un impacto eterno. Al hacerlo, no solo estamos ayudando a los necesitados, sino que también estamos sirviendo a Cristo de la manera más directa posible. No es solo un pasaje bíblico para reflexionar, sino una guía de vida para cada cristiano. Nos desafía a salir de nuestra zona de confort y a ver el rostro de Cristo en cada persona que encontramos. Al aplicar estas enseñanzas en nuestra vida diaria, no solo estamos cumpliendo con un mandato divino, sino que también estamos enriqueciendo nuestras propias vidas y acercándonos más a la santidad. Es una llamada a la compasión, una invitación a amar como Jesús amó, y un recordatorio de que en el servicio a los demás, servimos al mismo Cristo.

¿Qué significa dar de comer al hambriento?- Dar de comer al hambriento para alimentar tu alma. Por esta razón, dar de comer al hambriento significa también una forma de decir: pienso en ti, sé por lo que estás pasando, y quiero ayudarte. Brindar y obsequiar alimento es nutrir dos almas: la de la persona que satisface su hambre y la tuya. Entre las principales obras de misericordia que podemos llevar a cabo para beneficiar a otros y aligerar su sufrimiento, se encuentra el dar de comer al hambriento. La desigualdad económica, repercute drásticamente en la alimentación y nutrición de los más desprotegidos. Por esta razón, dar de comer al hambriento es sin duda una de las más urgentes obras caritativas a realizar. Cuando se da de comer al hambriento, no solo se satisface el hambre física, la necesidad de alimento y nutrición, sino que también se ataca el hambre espiritual, esa necesidad que todos tenemos de sentirnos protegidos y queridos. No tener lo indispensable para comer diariamente, afecta no solo a la salud física, sino también a la estabilidad emocional de la persona, a su salud mental. Piensa en una situación común para ti al comer. Es muy probable que al consumir tus alimentos compartas, socialices o te encuentres con otros. Ya sea que se trate de tu familia o de compañeros de trabajo, por ejemplo, el comer se vuelve una actividad satisfactoria. Eso es algo de lo que las personas con hambre se pierden. Por esta razón, dar de comer al hambriento significa también una forma de decir: pienso en ti, sé por lo que estás pasando, y quiero ayudarte. Brindar alimento es nutrir dos almas: la de la persona que satisface su hambre y la tuya.

¿Qué significa dar de beber al sediento? .- Esto es una obra de misericordia que consiste en ayudar a las personas que necesitan agua, que necesitan una bebida que las sustente. Pero también una medicina que las ayude en sus dolencias. Es una forma de expresar compasión y misericordia hacia los más necesitados. En la Biblia, el agua tiene un significado simbólico, ya que purifica, sana, da vida y sacia. En la Biblia, la búsqueda de Dios se compara con una gran sed, similar a la necesidad de agua en el desierto. Por lo que la palabra de aliento eficaz es también amar a Dios, pero la palabra sin obras es vacía. No solo basta con dar aliento con la palabra, pues la palabra debe también manifestarse en hechos de caridad, de desprendimiento. Para el cristiano servir es reinar, particularmente en los pobres y en los que sufren, pues en ello descubre la imagen de su Creador pobre y sufriente. Dar de beber al sediento es un servicio que está al alcance de muchos, y que permite reinar desde el amor. Una obra de misericordia que no solo saciará al sediento, sino que también saciará esa sed profunda que todos tenemos de felicidad en nuestro corazón. Porque es dando que se tiene vida, y el Padre que ve en lo secreto nos recompensará. Es la descripción de la obra de misericordia: Dar de beber al sediento. El agua es uno de los temas más frecuentes en la Palabra de Dios, y la sed es uno de los sufrimientos más socorridos por el poder divino. La escena está basada en el pasaje en que Moisés da de beber al pueblo sediento de Israel (Éxodo 17, 6). “Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:13-14). Regala de tu porción de agua viva que Dios te da, y de esa manera tendrás siempre de vuelta un agua vivificante que saciará tu sed. Fíjate que tal vez estés en mejor posición de aquel que pide y tú estás siendo saciado en bebidas y en comidas y en bienes materiales por la gracia de Dios. Y entonces debes devolver con caridad lo que has recibido de Dios con bondad. Dar de beber al sediento significa que tú mismo te des la oportunidad de saciar tu propia sed espiritual al Cristo constatar que das a otros, que das al prójimo de lo que Ël te está dando y proveyendo en ti.

¿Qué significa que fui forastero y me hospedasteis?- No solo es un llamado de Dios a acoger a los migrantes con caridad. La frase se basa en la dignidad humana y la solidaridad, y es un imperativo moral. Acoger al forastero implica aceptar una existencia diferente a la propia, y dejarle espacio en el territorio, que no es sólo geográfico, sino también mental y afectivo. En la Biblia, se encuentra otro ejemplo similar en Deuteronomio 10:19, que dice: “Mostrad, pues, amor al extranjero, porque vosotros fuisteis extranjeros en la tierra de Egipto”. Pero el forastero también es el que te pide y que no tiene ningún vínculo familiar contigo y que aun teniendo ese nexo consanguíneo o afín, está necesitado. El forastero es aquel a quien tú sientes que no le debes nada, que no tienes ninguna obligación con esa persona porque no es tu familia y sin embargo ella, la persona necesitada y menesterosa se ha colgado de tu posibilidad espiritual de comulgar con Cristo y entonces te ruega, te pide y llora una ayuda para comer, para beber, para saciar su necesidad; porque tú puedes y tú tienes cómo ayudar. Porque lo que tienes es porque Dios te lo ha dado y tu patrimonio debe tener utilidad cristiana. En ocasiones te preguntarás. ¿Y este o aquella porque me pide si yo no soy nada de él o de ella? A esa persona solo la conocí en ocasión a actividades que yo realizaba, por qué debo darle de lo mío. Pues bien, ese forastero, ese extraño que no es tu familiar, o ese conocido con el que no tienes según tu un ocasional nexo, es el propio Cristo que está pidiéndote auxilio a través del prójimo que para ti es un extraño o un forastero o un conocido casual; porque sientes que nada le debes ni a nada estás obligado con esa persona, pero que Dios te está poniendo a prueba. En esta época de las redes sociales y la cibernética, hay quienes se hacen los desentendidos y hasta bloquean despreciativamente al que les pide , sin percatarse que Dios también los podrá bloquear a ellos en su momento de pedir auxilio.

¿Qué significa que estuve desnudo y me vestisteis?- En este pasaje, Cristo se identifica con las personas que sufren grandes necesidades. Esto significa que lo que se niega a estas personas, también se niega a Cristo. A veces te dicen literalmente no tengo ni ropa interior, necesito unos zapatos, necesito medias, unos pantalones o una franelas, una camisa o una blusa o una falda; no tengo sino piezas rotas y desgastadas, tan viejas que se está venciendo la tela al punto de romperse. Y tú teniendo a manos llenas como ayudar a esa persona, o aún teniendo suficiente como para desprenderte de algunos pesos, llevas en tu conciencia el peso de haberle negado a Cristo lo que a través de sus hijos necesitados te está rogando que le des. Cristo te dice, dame un poco de lo tanto que te he dado, porque si no fuera por mí otra sería tu situación. Pero te comportas como un sordo y un ciego espiritual.

¿Qué significa que estuviste enfermo y me visitasteis? .- Es una frase de la Biblia que se refiere a la obra de misericordia corporal de visitar a los enfermos. Pero esto conforma variadas actitudes, desde ir personalmente a solidarizarse con el deseo de la recuperación de la salud y que el prójimo sienta la presencia y el interés de que se alivie de sus quebrantos, como a asistir al enfermo o ayudar a sus cuidados, así como de proveerles de las medicinas para curar sus dolencias. ¿Pero si tú tienes los recursos que el otro no tiene, por qué te portas tacaño y miserable y no ayudas con tu aporte dinerario para que el enfermo pueda comprar las medicinas?. Visitar a un enfermo es bueno para el espíritu del que sufre que al ver que alguien se interesa en su recuperación, entonces se llena de aliento positivo y se siente que es una persona valiosa para alguien más o para otros y no olvidado ni abandonado. Si bien es bueno visitar al enfermo para reconfortar su espíritu y la buena vibra ayude a su recuperación, también es loable que no te presentes con las manos vacías. Llévale comida y medicinas, hazle sentir que es importante para ti y lúcete delante de Dios, porque lo que estás haciendo de bien al prójimo, lo haces para Dios. ¿O acaso crees que Dios no sabe cuánto estás escondiendo de tu dinero para no ayudar al prójimo? ¿O acaso crees que Dios no sabes de cuánto dinero tienes y te haces pasar por necesitado teatralizando una pobreza para no sacar al necesitado de su suplicio?

¿Qué significa estuve en la cárcel y vinisteis a verme?.- Visitar a los presos es un acto de caridad, no un acto de justicia o un hecho filantrópico. Visitar a los presos puede ayudarles a reconocer sus errores, a perdonarse a sí mismos y a los demás. Pero también visitar a los presos es colocarse en los zapatos de los otros, por si la vida te pone en la cárcel haya alguien también que te visite. No vayas con bombos y trompetas a vociferar que estás visitando al encarcelado, ni que estás dando de comer al hambriento, ni que estás proveyendo de vestir al desnudo, ni que estás visitando al enfermo. No, Dios no aprecia ni valora lo que con tanta propaganda y ruido haces para que el público vea y se entere de cuán dadivoso eres. Hazlo en silencio y en privado para que Dios lo agradezca. “Visitar al que está en la cárcel” pasa por hacernos cargo, en la limitada manera que nos es posible, de la tremenda pasión de quien está en la cárcel, ayudando a que no la viva en solitario y aportando, muy humildemente, ese algo de luz, sosiego y esperanza que la solidaridad humana, cuando es auténtica, puede aportar. Este compadecer tiene sobre nosotros un doble efecto: por una parte “cargamos” con un sufrimiento que podríamos ignorar o despreciar y, por otra parte, contextúa, sitúa y pone en su punto nuestra propia pasión, tan exagerada tantas veces por ensimismamientos, victimismos y narcisismos personales y sociales.

Y los justos le preguntaron a Jesús.- “Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento y te alimentamos o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento o necesitado de ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?”. Entonces el Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aún por el más pequeño, lo hicieron por mí”. » Luego dirá a los que estén a su izquierda: “Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed y no me dieron nada de beber; fui forastero y no me dieron alojamiento; necesité ropa y no me vistieron; estuve enfermo y en la cárcel, y no me atendieron”. Ellos también contestarán: “Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento o sediento, o como forastero, o necesitado de ropa, enfermo o en la cárcel y no te ayudamos?”. Él responderá: “Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí”. »Aquellos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».

Aprende a ser el Cirineo de Cristo, y ayuda a llevar la cruz de otros , que es igual que ayudar a Cristo a llevar la suya.

Jesús te dice: “Quiero nacer en tu corazón”.

«El impacto eterno de tu acto de bondad sin alharacas, resonará en los cielos para tu salvación«.

Crisanto Gregorio León

Dr. Crisanto Gregorio León

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