Mañana Jueves 19 de diciembre se cumplen 98 años de aquel inolvidable día viernes 19 de diciembre del año 1.926 cuando en el pintoresco caserío «La Peña» del Municipio Crespo la honorable matrona venezolana Doña María Lucrecia Torres de Ollarves trajo al mundo en un muy feliz alumbramiento a una hermosa niña hembra a quien un año después le fue puesto en la pila bautismal de la capilla de Nuestra Señora La Virgen de Coromoto en «Tucuragua» con el Sagrado crisma del sacramento del bautismo el nombre de María Engracia Ollarves a quien actualmente la consideramos como «la segunda abuelita del barrio San José» en la parroquia Unión porque la primera fue Doña María Julia Salas de Gómez quien murió el 31 de diciembre del pasado año 2.023 a las 6:25 pm a los 105 años de edad.
María Engracia Ollarves siendo una bella y hermosa joven, fue flechada por «Cupido» el Dios Griego del amor cuando en una fiesta realizada en el caserío «Campo Alegre» conoció al elegante y muy apuesto joven Antonio Sira quien fue el único y eterno amor de su vida con quien contrajo matrimonio y procrearon en esa feliz unión, nueve hijos: Silvia, María, Chela, Juan, Ramón, Orlando, Antonio, Goyita y Cheo quienes ya le han dado a Doña María Engracia varios nietos, biznietos y tataranietos. Toda esta gran familia le dan gracias a Dios todos los días por permitirles el privilegio de tener a su linda viejecita viva y poder disfrutar de su presencia y su compañía. Lo más difícil pero nunca es imposible que hay en la vida es conocer en la descendencia familiar a los «Choznos» porque estos son los hijos de los tataranietos que son la sexta generación, pero Doña María Engracia tiene la gran oportunidad de conocer aunque sea un «Chozno» porque tiene un tataranieto llamado Cristofer quien es un adolescente muy cerquita de su mayoría de edad que en cualquier momento puede tener un hijo que sería el «CHOZNO» de Doña María Engracia…Que Dios le conceda ese privilegio.
En el año 1.956 Doña María Engracia Ollarves y su esposo Antonio Sira llegaron a vivir con todos sus hijos en la carrera 2 entre calles 3 y 7 del Barrio «San José» hasta que Dios decidió llevarse de este mundo terrenal a Antonio Sira y Doña María Engracia quedó viuda pero con la esperanza que algún día volverá a reunirse con su viejecito cuando llegue la Resurrección Gloriosa que Dios nos ofreció y que estas escrita en la Biblia (Juan 11;25, 26). Doña María Engracia todavía vive en esta dirección con algunos hijos, nietos y biznietos. Ya Doña María Engracia tiene su cabecita llena de canas blancas por las inclemencias del padre tiempo, pero su avanzada edad senil no le ha quitado lucidez a sus inolvidables e imborrables recuerdos de su adorada y añorada juventud. Yo la visité hace pocos días como siempre lo hago porque somos vecinos muy cercanos y conversé con ella largo rato y quedé sorprendido por la forma como ella todavía recuerda su niñez y su adolescencia. Me dijo que el día que la bautizaron la montaron a ella y a su mamá en un burro para llevarlas desde «La Peña» hasta «Tucuragua» y en el trayecto cuando bajaban una pequeña cuesta, el burro tropezó y ella y su madre cayeron al suelo pero sin nada que lamentar porque solamente fué un susto.
Finalmente mañana 19 de diciembre celebraremos con mucha alegría los 98 años de vida de Doña María Engracia Ollarves sin apagar las velitas porque son tantas que no van a caber todas en la torta. Creo sinceramente que por el gran estado de salud y por su condición mental que tiene Doña María Engracia, ella ya está cerquita de la centuria o sea del siglo de viuda, pero seguro que pasará largo los 100 años de vida y así se lo he dicho yo a su hija Silvia. Doña María Engracia es la segunda abuelita del barrio «San José» y un orgullo para esta comunidad. Feliz Cumpleaños Doña María.
Alí Ramón Delgado
