La Navidad, una época tradicionalmente asociada a la alegría, la familia y la felicidad, puede convertirse en un periodo de profundo dolor y tristeza para quienes han perdido a un ser querido. La pérdida física de un familiar o un amigo, así como aquellos que tienen a sus seres queridos en otros países, pueden opacar las fiestas decembrinas.
El psicólogo Ángel Ledezma, explicó a El Impulso, que el duelo es una respuesta emocional ante la pérdida, que puede ser considerada así por ser irreparable o por la conexión emocional por lo que se pierde.
Ledezma destaca que existen diversos tipos de luto que se experimenta con frecuencia a lo largo de la vida, sin embargo, el más conocido es el duelo por fallecimiento de un ser querido. No obstante, apunta que en Venezuela también es común el duelo migratorio, debido a la diáspora que ha afectado a toda la sociedad venezolana.
Entre las causas de duelo también contempla la pérdida de algún objeto valioso, mascotas, una pérdida laboral, entre otras.
Silla vacía
El especialista precisa que la connotación que se le da a la Navidad, de ser una época de felicidad, profundiza el impacto que tienen estas fechas para las personas que viven un proceso de duelo, haciéndolo complejo y contradictorio, acompañado de una respuesta emocional caracterizada por la tristeza, la nostalgia y otras emociones como el miedo, la desesperación o no saber cómo afrontar la fecha.
La sensación de una «silla vacía» en la mesa navideña es una realidad que muchas familias experimentan, lo que puede intensificar el duelo y generar angustia emocional. Ledezma, quien se especializa en duelos, explica que en estas circunstancias, las personas experimentan presión por tener que “pasar una feliz navidad sabiendo que esa persona ya no está en casa”.
“Es sumamente difícil y complicado, por lo cual, es importante que comencemos a prepararnos para esta fecha”, señaló y añade, que algunos pacientes expresan: “No sé cómo hacerlo, no sé cómo afrontarlo, no sé cómo, si mi hijo que ya no está, no comprar su regalo de niño Jesús”.
Asimismo, comenta que algunas personas no saben qué tipo de actividades hacer ya que cambia todo, sobre también cuando hay personas y familias que no solamente han fallecido sino que ahora están fuera del país.
Contacto con los seres queridos a través de la tecnología
El contacto con los seres queridos en el exterior, aunque una ventaja, también puede ser un desafío para las familias, ya que la distancia y la ausencia continuarán tras la llamada; sin embargo, Ledezma recomienda mantener ese contacto como forma de hacer presencia en las celebraciones de los seres queridos, acompañando en las tradiciones y compartiendo de la mejor manera.
En este sentido, subraya que los adultos mayores pueden ser especialmente vulnerables al contacto digital con los familiares que se encuentran lejos, debido a que tras la llamada los sentimientos de tristeza, soledad y nostalgia se pueden incrementar, por lo que recomienda fortalecer la red de apoyo con amigos y vecinos.
El especialista enfatiza la importancia de ser compasivo consigo mismo y de permitirse vivir el duelo a su propio ritmo. Al aceptar la realidad de la pérdida y buscar apoyo, es posible encontrar consuelo y esperanza en medio del dolor.
Recomendaciones para vivir el duelo en esta época:
- Aceptar la dualidad de emociones: Reconocer y aceptar que es un momento difícil, permitiendo vivir la tristeza y la alegría al mismo tiempo; honrar la memoria del ser querido sin que eso niegue el dolor.
- Adaptar las tradiciones: Modificar las tradiciones navideñas puede ser útil; en lugar de realizar actividades en el mismo lugar, se sugiere compartir con otros familiares en diferentes entornos.
- Expresar los sentimientos: Es fundamental permitirse sentir y expresar todas las emociones, ya sean de tristeza, ira o nostalgia. Es importante expresar los sentimientos, como escribir cartas al ser querido para trabajar emociones como la culpa y promover la gratitud por los momentos compartidos.
- Buscar apoyo: Aceptar y vivir las emociones contradictorias que surgen durante el duelo, entendiendo que son normales en el proceso de sanación.