En la radio venezolana ha imperado el periodismo reflejo anulador de la necesaria actualidad, su razón de ser con el consustancial “aquí y ahora” al informar.
Esta deplorable situación data a partir del 23 de mayo de 1926 cuando es fundada en Caracas, AYRE, la primera estación oficial del país, en el marco de la dantesca dictadura de Juan Vicente Gómez. Un tirano enemigo acérrimo de las libertades de pensamiento, opinión, información y prensa.
Ese es un factor que originalmente conspira en contra del periodismo por la radio que impide su crecimiento. En parte es lo que hoy lo mantiene sumido en el atraso lo que raya en el estancamiento y anacronismo.
En consecuencia, no es nada halagador el contexto en el que surge el género en condiciones atrofia por su subordinación a los medios impresos de la época más un gobierno dictatorial.
El primer noticiero de AYRE se hace íntegramente con lecturas de los textos aparecidos en el diario oficialista El Heraldo en horas de la noche sin ninguna actualidad. El represivo régimen político imperante con su censura lo impedían. La excepción eran las noticias internacionales que copiaba por la onda corta Harry Wilson, el ingeniero que instaló la planta.
Es el caso que el periodismo radial venezolano no cumplió con el uso de: reportero, corresponsal, teletipo, franquicia telefónica, monitor, variedad de géneros y formatos periodísticos y analistas especializados que explican la noticia.
De hacerlo fue a medias en los informativos de las emisoras de Caracas. Ello debido a que sus recursos principales para dotarse de noticias han sido las copias del periódico y la televisión. Una deformación de la cual no es responsable el periodista. Un género que nace atrofiado por la falta de recursos para su pleno desarrollo.
Esa desviada práctica continuó en lo sucesivo en las casi cuarenta emisoras aparecidas en el país hasta el 16 de julio de 1959. Entonces emerge Noti Rumbos, una iniciativa de los periodistas Germán Carias y Juan Negreti Malpica.
Su lema Noti Rumbos, el periódico impreso en la radio, denota su dependencia de los periódicos para hacerse de informaciones.
El trabajo de sus periodistas es el de héroes de las ondas hertzianas en la labor conocida en el medio como el refrito de noticias de otros soportes, principalmente el periódico. Tiene el mérito de ser el primer departamento de prensa de la radio venezolana con adaptaciones de las oraciones largas de los impresos en cortas para la radio. Con Noti Rumbos se produce, en parte, un salto cualitativo en el tratamiento radial de noticias por medio de las ondas hertzianas en nuestro país.
Se trata de la consumación hasta hoy del periodismo reflejo subordinado a otros medios de comunicación para la elaboración de espacios informativos. Lamentablemente el periodismo radial del país carece de producción propia con las excepciones de Noticias Unión Radio en la década de 1990 en Caracas y en Barquisimeto, Noticias Lara 870 en ese mismo período.
Pese a la aparición de innovadoras tecnologías digitales, como internet, satélite y telefonía celular, persiste el periodismo reflejo en nuestra radio asumiendo ahora otras formas, entre estas el mecánico corte y pega hecho algunas veces por personal no periodístico.
Hoy las fuentes y canales informativos son mayores hasta la hemorragia pero no se dispone de personal suficiente para su obligado procesamiento radiofónico. Incluso ocurre que en algunas estaciones el noticiero lo realiza el locutor de guardia con las típicas lecturas ahora de las páginas web de la multimedia. eso es una muestra de su falta de evolución.
Pero todo efecto tiene su causa. En el caso de este tipo de periodismo se impone precisar sus causas para conocer su naturaleza y entender el carácter de los cambios para su superación las cuales lucen lejanos. Las mismas creemos son las siguientes:
- La baja inversión de los propietarios de los medios
- Falta de personal especializado y suficiente
- Necesaria renovación
- Más competencia
- Uso eficiente de la tecnología de punta
- Sin calle
- El peso del autoritarismo político con su censura
La falta de suficiente inversión por parte de los propietarios de los medios es el mal mayor que atenta contra el periodismo temporal en la radiodifusión venezolana. Este es el negocio de la gallina de oro donde impera la máxima ganancia a la más baja inversión.
Así un noticiero se hace al más bajo costo con escaso personal periodístico que fomenta el periodismo reflejo desde el principio del medio.
Incurren en el error quienes atribuyen sus causas al personal periodístico viendo solamente unilateralmente el árbol y no la totalidad de la montaña. No es responsabilidad del periodista que apenas es una pieza en ese amplio y complejo engranaje de un sistema informativo estancado. El comunicador social cumple su labor o trabaja con las uñas para realizar una jornada muy lejos del periodismo temporal.
La carencia de personal debidamente capacitado también conspira la voluntad y buenos deseos de realizar periodismo temporal y no el reflejo. La radio tiene sus específicos códigos comunicacionales diferentes a otros canales. Por lo que requiere de un periodista debidamente especializado académicamente para la emisión de noticias. La misma va desde una eficiente redacción hasta un buen y oportuno improvisador sobre la marcha. Un comunicador social con dotes para la escritura y la oratoria.
Además el personal es insuficiente, generalmente con dos redactores por emisión lo que conlleva a jornadas agotadoras. Esta situación es incompatible con los estándares internacionales. Ello visto que un noticiero en España emplea como mínimo catorce periodistas más analistas especializados.
En el periodismo radial venezolano llaman a la renovación en cuanto a métodos y técnicas de trabajo a tono con las exigencias del periodismo temporal que requiere de otros diferentes. La falta de cambios es lo que ha mantenido al género sumido en el estancamiento.
También urge desarrollar un mayor espíritu de competencia con las otras plataformas hasta donde lo permitan las condiciones limitadas de su accionar. Éstas rebasan a nuestra radio en cuanto al despliegue de recursos que las aprovisiona de una considerable ventaja. La totalidad de las aplicaciones le pican adelante a la radio a consecuencia de su estática, como ocurre en Venezuela.
Además en este mundo de la comunicación instantánea de un mundo global no basta con disponer de lo más avanzado de la tecnología digital. Su utilización eficaz requiere de personal suficiente visto las variadas plataformas existentes hoy lo cual genera una hemorragia informativa.
Ante la presencia de la avanzada tecnología digital, que comunica hoy los mensajes en fracciones de segundo, el periodismo reflejo es un anacronismo por lo desfasado.
El periodismo radial se nutre permanentemente de la calle Se podría decir que es la esencia que da vitalidad y sentido a su labor. Lo hace caliente y vigoroso por el peso de su actualidad. Por ende, la calle es consustancial a la radio. Pero en el país brilla por su ausencia en los espacios informativos. Noticiero sin calle está muerto.
Su práctica no puede ser lo ocasional sino un hecho constante y cotidiano. La calle hace el periodismo radial algo caliente y no frío y distante como ocurre con el periodismo reflejo. El noticiero sin calle carece de actualidad necesaria en la radiodifusión.
Esta situación se complica con la existencia de un autoritarismo a partir de 1999 al que le viene como anillo al dedo este tipo de periodismo. En el totalitarismo está negado la actualidad informativa y la veracidad por la imposición de la censura. Lo que cuenta es la propaganda al servicio del régimen imperante bien sea de izquierda o derecha. Eso profundiza este tipo de periodismo por la radiodifusión. Es lo que ocurre durante las dictaduras gomecista y perezjimenista,
El cambio de este adverso panorama del periodismo radial venezolano luce lejano, máxime que la causa mayor es de orden económico que impide su pleno desarrollo por medio del periodismo temporal.
Freddy Torrealba Z.