Una campaña que tiene como meta recolectar 90 mil tapas de colores, las cuales serán utilizadas como componentes decorativos de tres murales ecológicos, diseñados por el ilustrador Óscar Olivares, que adornarán los espacios del Aula Abierta UCAB Recicla de la sede Montalbán, se puso en marcha con la premisa de reutilizar, reducir y reciclar, la Dirección de Sustentabilidad Ambiental (DSA) de la Universidad.
Este laboratorio, inaugurado en julio del 2024, consta de cuatro máquinas para moler, procesar y convertir botellas PET en pellets, láminas y filamentos para impresoras 3D, y forma parte de las iniciativas de la universidad para reducir su huella de carbono, hacer más ecoamigable sus procesos operativos y fortalecer su misión de educar con visión desarrollo sostenible.
La campaña de recolección, que comenzó a principios de diciembre y se extenderá hasta los primeros días del mes de enero de 2025, está abierta a miembros de la comunidad ucabista y entusiastas del reciclaje en general.
Los interesados en participar en esta iniciativa pueden llevar sus tapas, de botellas y otros envases, al Aula Abierta UCAB Recicla, ubicada en el edificio de Servicios Generales, o también a las oficinas de la DSA, localizadas en el piso 3 del edificio Loyola, ambas en el campus Montalbán.
Arte colorido y colaborativo por el medio ambiente
Según explicó Óscar Olivares, los tres murales -que tendrán una extensión de 11, 9 y 4 metros de longitud- simbolizan al ser humano, la fauna y la flora. Aseguró que se inspiró en los jardines y espacios de la universidad para crear los diseños, que se caracterizan por la multiplicidad de colores.
Espera que sus obras sean una oportunidad para generar conciencia en la comunidad universitaria sobre la conservación del medio ambiente.
«Este tipo de obras que nos invitan a recolectar decenas de miles de tapas son muy importantes porque el arte tiene una capacidad inigualable para influir en el inconsciente colectivo e invitarnos a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo de una forma diferente, porque impacta directamente en nuestras emociones. Quizás podemos hacer muchas campañas invitando a la gente a reciclar y reutilizar, pero una obra de arte impacta directamente en las emociones y la experiencia del espectador, y hace que el mensaje de reciclar pueda llegar de una manera mucho más fuerte», resaltó.