Este 1 de diciembre, Día Mundial de los Derechos Humanos, migrantes venezolanos en países como Italia, Alemania y Noruega se unieron a una protesta global para exigir a la Corte Penal Internacional (CPI) que actúe de manera inmediata ante los crímenes de lesa humanidad perpetrados por el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
En Alemania, ciudades como Berlín y Colonia fueron escenario de manifestaciones en las que los venezolanos exigieron que el fiscal de la CPI, Karim Khan, emita órdenes de captura contra los responsables de graves violaciones de derechos humanos. Los manifestantes destacaron las persecuciones, detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos ocurridos en Venezuela, especialmente tras la ola represiva desatada después de las elecciones presidenciales del 28 de julio.
De manera similar, en Milán, Italia, los venezolanos se congregaron portando banderas tricolor y fotografías de presos políticos para exigir la liberación de las cerca de 2.000 personas detenidas en el país. Las protestas también incluyeron consignas pidiendo que la justicia se haga presente para quienes han sufrido persecución por motivos políticos.
En Bergen, Noruega, la situación fue similar. A pesar de las bajas temperaturas y la nieve invernal, los venezolanos salieron a las calles para manifestarse a favor de una investigación rápida y eficaz por parte de la CPI. Los participantes de esta protesta también pidieron una respuesta urgente a las violaciones sistemáticas de derechos humanos en Venezuela.
Protesta global por la justicia
Esta jornada de manifestaciones, que también tuvo lugar en La Haya, Países Bajos, frente a la sede de la Corte Penal Internacional, se enmarca dentro de una movilización internacional. Los venezolanos en La Haya mostraron pancartas con mensajes como «Karim Khan, ¿a quién proteges? ¿A las víctimas o a los criminales?» y exigieron justicia para los ciudadanos venezolanos víctimas del gobierno.
Además, la protesta tuvo un componente virtual organizado por la oposición venezolana, con el hashtag #CPIActúaYa. Los participantes compartieron imágenes de sus manos pintadas de rojo, un símbolo visual de la represión y el silencio impuesto por el gobierno de Maduro, reforzando el llamado a la Corte Penal Internacional para que tome medidas inmediatas.