Desde hace al menos seis meses, los residentes de la Urbanización La Sucre, específicamente en la calle 37 con avenida Libertador, viven una pesadilla cotidiana debido a la constante fuga de aguas servidas en la zona. Los vecinos denuncian que, a pesar de los reportes y las intervenciones de Hidrolara, el problema persiste, generando graves consecuencias para la salud y seguridad de los habitantes del sector.
Elizabeth Velásquez, una de las afectadas, relató cómo la situación ha empeorado con el paso del tiempo. «Hemos tenido este problema desde marzo, y el año pasado también estaba esto aquí. Es horrible, especialmente en la noche, cuando el olor se intensifica. Aquí hay niños, adultos mayores, y algunos se han caído en el charco de agua sucia. Es como si tuviéramos las aguas negras dentro de nuestras casas«, comentó Velásquez, visiblemente preocupada por las condiciones de insalubridad en las que vive.
Además de los peligros inmediatos, la acumulación de aguas servidas ha generado la proliferación de zancudos, lo que ha derivado en brotes de enfermedades como el dengue. “No teníamos zancudos antes, pero ahora se ha vuelto una plaga. Mi sobrina acaba de decirme que está dando dengue otra vez, y la situación es peor en la noche”, explicó la vecina, quien teme por la salud de su familia.
Por otro lado, Elvis Garrido, también habitante de la zona, señaló que, a pesar de que el problema ha sido reportado en varias ocasiones, las intervenciones de Hidrolara no han sido efectivas. «Ya está supuestamente reportado, han venido, pero lo único que hicieron fue sacar el agua sucia el sábado y al poco tiempo volvió a salir peor. No han resuelto el problema de fondo», aseguró Garrido. Según él, varios vecinos han comenzado a presentar síntomas relacionados con enfermedades transmitidas por los zancudos, lo que aumenta el nivel de preocupación en la comunidad.
El olor nauseabundo que emana de las aguas residuales estancadas es otro de los principales reclamos de los residentes. «Hay un olor muy fuerte, y por más que vienen a hacer reparaciones superficiales, el problema sigue. Necesitamos que vengan a resolverlo de una vez por todas», pidió Garrido, quien hace un llamado urgente a las autoridades para que tomen cartas en el asunto.
La situación no solo pone en riesgo la salud de los habitantes de la zona, sino que también afecta su calidad de vida. Los vecinos de la calle 37 con avenida Libertador esperan que las autoridades tomen medidas definitivas para solventar el problema de las aguas servidas y evitar que los brotes de enfermedades como el dengue sigan afectando a la comunidad.