La crisis del gas vehicular en el estado Lara ha golpeado fuertemente a los transportistas, quienes se ven obligados a enfrentar largas colas de hasta tres días para poder surtir combustible. Esta situación, que comenzó el pasado viernes, ha generado un malestar generalizado en el sector del transporte público, donde más de 3.500 unidades a gas, que representan el 80% de la flota del estado, se encuentran paralizadas o trabajando al mínimo.
Según Roberth Vega, transportista y vocero del sector, la falta de gas vehicular ha sido provocada por un incidente en el Complejo Gasífero Muscar, en el estado Monagas, donde una explosión afectó la distribución de gas en toda la región. «Desde el viernes nos comunicaron que las estaciones de servicio tuvieron que cerrar porque no había presión en el sistema, lo que dejó a muchos de nosotros sin opciones para surtir», explicó Vega.
El suministro solo ha sido reactivado parcialmente en dos estaciones de servicio: la ubicada en la avenida La Salle con la avenida Las Industrias y otra en la zona de la avenida Libertador, cerca del Domo Bolivariano. Sin embargo, las cantidades suministradas no son suficientes, ya que solo alcanzan para abastecer parcialmente a los vehículos, con apenas 50 metros de gas que no cubren ni dos viajes completos.
La situación ha generado una serie de complicaciones adicionales, ya que muchos transportistas temen el daño en sus motores si se cambian nuevamente a la gasolina. Aunque las autoridades han sugerido esta opción, el costo de hacer modificaciones en los carburadores de los vehículos y los riesgos asociados a este cambio no son viables para muchos.
«Cambiar a gasolina puede significar una inversión de aproximadamente mil dólares por si se nos daña el motor, lo cual es un riesgo que no todos podemos asumir en este momento. Además, el suministro de gasolina tampoco está garantizado, ya que ofrecen solo 80 litros diarios, lo cual no es suficiente para cubrir la demanda», señaló Vega.
El problema se complica aún más con la escasez de gasolina en la región. A pesar de que las autoridades aseguran que abastecerán a los transportistas con 80 litros diarios, muchos se muestran escépticos, pues no se puede asegurar que esta cantidad sea suficiente a largo plazo para cubrir las necesidades diarias de transporte. El temor a que la producción de gasolina no sea suficiente para abastecer a todos los conductores aumenta la incertidumbre en el sector.
Actualmente, los transportistas se enfrentan a un «paro técnico obligado», como lo describe Vega, debido a la falta de combustible y la imposibilidad de operar de manera regular. La falta de recursos y el cierre de estaciones han generado un caos logístico que afecta no solo a los trabajadores del sector, sino también a la ciudadanía que depende del transporte público para sus desplazamientos diarios.
La situación sigue siendo crítica y, por el momento, los transportistas esperan respuestas claras y soluciones inmediatas de las autoridades, ya que sin un suministro estable de gas o gasolina, la paralización del transporte en el estado Lara parece inminente.
