Este Lunes 18 de noviembre, la declaración de emergencia nacional en Ecuador llega ante la intensificación de incendios forestales, el déficit hídrico y la sequía, no es solo una crisis puntual, sino un reflejo alarmante de los efectos del cambio climático a escala global. Los eventos extremos que azotan al país sudamericano se suman a una creciente lista de catástrofes naturales que están reconfigurando el mapa del riesgo en todo el mundo.
La pérdida registrada hasta el momento es de aproximadamente 8.500 hectáreas de bosque en Ecuador, de acuerdo al comunicado, incluyendo áreas protegidas como el Parque Nacional Cajas, es una señal inequívoca de la fragilidad de los ecosistemas ante el calentamiento global. Los incendios forestales, cada vez más frecuentes e intensos, no solo destruyen hábitats y biodiversidad, sino que también liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, agravando aún más la crisis climática.
La sequía prolongada y el déficit hídrico están generando una escasez de agua que afecta a la agricultura, la generación de energía hidroeléctrica y el suministro de agua potable para millones de personas. Esta situación pone en evidencia la vulnerabilidad de Ecuador ante los eventos climáticos extremos y la necesidad urgente de implementar medidas de adaptación y mitigación.
El cambio climático, un desafío global
La crisis ambiental que enfrenta Ecuador no es un caso aislado. En todo el mundo, países están experimentando fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos, como olas de calor, sequías, inundaciones y huracanes. Estos eventos están causando pérdidas humanas y económicas significativas, y están poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y el acceso al agua potable.
La comunidad científica advierte que estos eventos extremos se intensificarán en las próximas décadas si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global.
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Adaptarse a enfrentar los desastres
La emergencia en Ecuador es un llamado a la acción para todos los países. Es fundamental fortalecer la cooperación internacional para enfrentar los desafíos del cambio climático y apoyar a los países más vulnerables.
Además, es necesario fortalecer los sistemas de alerta temprana y los planes de respuesta ante emergencias para reducir los impactos de los desastres naturales. La adaptación al cambio climático debe ser una prioridad para todos los países, especialmente para aquellos más expuestos a sus efectos.
La crisis ambiental en Ecuador es una muestra de los desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. El cambio climático es una realidad que ya estamos experimentando y que requiere una respuesta global y urgente. Es fundamental que los gobiernos, las empresas y la sociedad civil trabajen juntos para construir un futuro más sostenible y resiliente.